Recientemente, durante la apertura de las sesiones ordinarias de la Legislatura misionera, el gobernador Hugo Passalacqua reveló un dato que no es menor, en un contexto de frontera como en el que se encuentra Misiones.
La Policía de Misiones secuestró más de 38 mil kilos de marihuana desde 2016 a esta parte. Algo histórico para nuestra provincia, tanto es así que supera lo incautado durante los años anteriores de nuestra vida democrática todos sumados. A esto hay que agregar cerca de 20 kilos de cocaína secuestrada, 9.800 dosis de ketamina, pedra crack y contrabando de cigarrillos. Y otro dato que no es menor, porque para que un operativo sea completo deben estar los responsables del delito, podemos decir que fueron detenidas y puestas a disposición de la Justicia cerca de 900 personas involucradas en narcotráfico y contrabando. Cabe destacar el accionar varias veces en conjunto con fuerzas federales, haciendo más eficaz la tarea, relató el mandatario ante los legisladores.
Sin dudas demuestra una posición muy diferente a gobiernos anteriores, respecto a la lucha contra el narcotráfico.
Un nuevo capítulo se conoció el pasado viernes a la medianoche, cuando otro kiosco de venta de drogas (en este caso de cocaína) fue desarticulado. Sin embargo, hay un dato que debe llamar a la reflexión de nuestra Justicia: el propietario del lugar ubicado en la zona del ex Tiro Federal ya contaba con antecedentes en el mismo rubro. Y estaba libre, reincidiendo.
Así, por más exigencia que le pongamos a las fuerzas de seguridad por combatir este delito desde el narcomenudeo al contrabando narco de grandes proporciones, nada será suficiente si la liberación se facilita para volver a emprender lo mismo.
El combate al narcotráfico es una lucha en beneficio de todos. Entonces, es responsabilidad de las instituciones colaborar entre sí para impartir justicia frente a los narcocriminales.
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