Según el psiquiatra Julio Brizuela, esto es así porque prevalece el placer sobre el deber y todas las conductas placenteras pueden llegar a ser fenómenos adictivos. Hay personas más vulnerables a ese tipo de conductas.Todo lo que genera cierto placer puede generar adicción en las personas. Pero el riesgo no es igual para todos: hay personas más vulnerables a tener conductas adictivas.
Así lo explicó en diálogo con PRIMERA EDICIÓN el médico psiquiatra Julio Brizuela, actual coordinador de la sección de Juego Patológico y Adicciones Conductuales de la Asociación Latinoamericana de Psiquiatría y asesor del Programa de Ludopatía del Instituto Provincial de Lotería y Casinos Sociedad del Estado (IPLyC).
¿En la actual sociedad, se puede hablar de una mayor vulnerabilidad social a tener conductas adictivas?
Sí, en la actualidad, las personas somos más vulnerables a las adicciones porque estamos viviendo en una sociedad hedonista. La gente tiende exclusivamente al placer, razón por la que hoy estamos ante una dificultad mayúscula en la educación porque estamos planteando el placer sobre el deber. Este es un momento crítico de la evolución histórica de la humanidad por el nivel altísimo en que se coloca el hedonismo, facilitando la vulnerabilidad de las personas porque todas las conductas placenteras pueden llegar a ser fenómenos adictivos.
¿Y cómo se previene la adicción al juego, por ejemplo?
Partiendo de que los individuos reconozcan sus propias vulnerabilidades, esto es tanto a nivel droga como a nivel conducta. La solución no es que desaparezcan las drogas, porque esto es imposible que ocurra, sino que nuestros jóvenes y niños, y también los adultos (padres), puedan percibir la vulnerabilidad de sus hijos adolescentes, en el sentido de que pueden ser pasibles de un uso desmedido, ya sea de la sustancia o de la conducta. Tenemos que aprender que nunca una adicción se presenta de un momento a otro, siempre tiene un desarrollo, tanto las adicciones a sustancias como a conductas siempre pasan del uso al abuso y del abuso a la adicción. No es la actividad la que enferma, sino que es un sujeto vulnerable que puede llegar a enfermarse frente a determinada actividad placentera. Lo importante es que las distintas instituciones estén preparadas para entender y promover la prevención en salud.
¿Pero se puede hablar de uso medido con las drogas?
Hay que tener en cuenta que cuando hablamos de drogas estamos englobando las legales e ilegales. También con las drogas legales debemos ser cautos, porque hay muchas personas adictas a ellas. Me refiero a que debemos entender que atrás del consumo hay una situación de descontrol en el uso. Tenemos que estar atentos cuando nuestros adolescentes comienzan a hacer este uso desmedido. Hoy, por ejemplo, está muy generalizado entre los adolescentes el uso desmedido de la tecnología.
¿Hay adicción a la tecnología?
Hay un abuso en el uso de la tecnología, incluso entre nuestros niños más pequeños. Sin darse cuenta, hay adultos que están fomentando este abuso de las nuevas tecnologías. Se cambió el chupete de goma por los juegos del celular, los padres dan a sus hijos pequeños el celular para que estén tranquilos y ellos puedan trabajar o hacer otras cosas. En este tema, ya hemos pasado de la etapa de uso a la de abuso.
¿Las crisis pueden ser condicionantes en la generación de adicciones?
Sin lugar a dudas. Todas las crisis -desde las económicas y políticas a las afectivas o familiares- pueden incrementar las conductas adictivas de las personas. Por eso, en la antigua Roma era todo un problema el estrés que generaba la guerra, que llevaba a que los soldados abusaran de los juegos de azar, pero resulta que también en época de paz los ejércitos ociosos abusaban de los juegos.
¿Hay personas adictas a sus mascotas?
Absolutamente. Una cosa es tener uno o dos gatitos en casa, pero otra muy distinta es tener 40 gatos en un departamento de Palermo o 35 cachorros en un departamento de dos ambientes en Buenos Aires. Esta es una adicción que estamos tratando actualmente. En relación a las mascotas hay dos tipos de adicciones: una a tener muchos animales, como recién mencionaba, y otra que es el exceso de afecto hacia un determinado objeto o animal, lo que generalmente vemos como humanizar a las mascotas. A esto lo llamamos en psiquiatría mascoterismo. El aislamiento de las personas es un factor de vulnerabilidad, en estos casos lo que tratamos de resolver no es la conducta adictiva, sino la situación de aislamiento de ese sujeto, descubrir por qué se aisla o está aislado.
¿Hay sectores sociales mas vulnerables a la adicción al juego de azar?
No, la incidencia del juego patológico se da en todas las clases sociales, desde las más pudientes hasta las más humildes y necesitadas. Lo que sucede es que el impacto de esta adicción se visibiliza más en las clases más pobres por el impacto que tiene en la economía familiar: no es lo mismo un Bill Gates que pierda dos o tres millones de dólares en una mesa de póker a un empleado estatal que se juegue 20 mil pesos mensuales.
¿Pero tener casinos las 24 horas abiertos no es una manera de estimular el abuso del juego?
Este es un tema muy interesante para trabajar, porque creo que hay que buscar los límites justos. Hay que tener en cuenta que siempre, detrás del juego legal, está agazapado el juego ilegal. Cuando el juego legal permite nichos, éstos son ocupados por el juego clandestino.
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