El referente de una agrupación social cuestionó las condiciones de trabajo de los empleados públicos. El funcionario le pidió que se retirara. Discutieron y luego hubo un cruce de golpes en plena vía pública. Un funcionario del Instituto Misionero de Agua y Saneamiento (IMAS) de esta ciudad, ente residual de la exAPOS, a cargo de la provisión de agua potable y cloacas; y un dirigente social de una agrupación que se hace llamar Iguazú Control Ciudadano, se denunciaron mutuamente por agresiones físicas.
Se trata de Roberto Pereyra, encargado de la delegación local del IMAS, y Ricardo Aranda, integrante de esta agrupación que surgió hace algunos años, y que encabeza los reclamos por la prestación de servicios básicos esenciales, como la luz y el agua.
Ambos se victimizan de haber sido golpeados, y los dos afirman que denunciaron al otro en la Comisaría local por dichas agresiones recibidas.
Todo comenzó con la salida de funcionamiento de la planta de agua el domingo por la tarde, cuando un pico de tensión provocó una descarga eléctrica a tierra que perforó un caño de bombeo del IMAS, que lleva agua a las cañerías de distribución hacia un sector de la ciudad.
Como consecuencia de ello, una cuadrilla de EMSA tuvo que trabajar el lunes a primera hora para interrumpir el suministro de electricidad que conducen los cables subterráneos que abastecen a la planta de agua, para que los obreros del IMAS pudieran reparar el caño.
Al hacerlo, el personal del IMAS comenzó a hacer la excavación y, en esos menesteres, el caño perforado llenó de agua el pozo que habían abierto. Cuando Aranda vio las condiciones en las que los trabajadores estaban realizando su tarea, se indignó y comenzó a publicar las fotos en las redes sociales.
Según Pereyra, ese mismo día alrededor de las 18, Ricardo Aranda se encontraba filmando e incentivando a los trabajadores en contra del IMAS, diciéndoles que esa no es manera de trabajar, calificando la situación como infrahumana.
Me acerqué y le dije que dejara de filmar, que allí se estaba haciendo un trabajo serio, institucional del IMAS, que no tenía nada que ver con la política. En ese momento, él me revoleó una piña en la cara. Yo no reaccioné porque es una persona mayor, solo le pedí que se retirara, que esa no era manera de comportarse, dijo Pereyra en declaraciones radiales. El funcionario provincial explicó que había radicado la denuncia por agresiones en la comisaría Primera.
A su turno, Ricardo Aranda señaló que fue Pereyra quien comenzó con las agresiones, y que en el manoteo le hizo volar su celular. Eso es lo que refleja su personalidad violenta y agresiva, dijo Aranda, y desmintió a Pereyra afirmando que no fue así, como dijo el señor Pereyra
cualquiera puede ir a la policía para justificar una agresión para perjudicar a otro, pero ellos (por Pereyra y los funcionarios) son los que tienen que dar respuesta con respecto a los servicios básicos porque de eso depende la calidad de vida de todos los iguazuenses, aseveró Aranda. Además, declaró que también efectuó su propia denuncia contra el funcionario.
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