La enfermedad se genera por la bacteria Ralstonia solanacearum, que habita en el suelo e ingresa a la planta por sus raíces o heridas causadas por insectos. El ultimo año aumentó considerablemente la superficie de cultivo de tomate en Misiones, lo que trajo aparejado una proliferación del Marchitamiento del tomate como se lo conoce a la enfermedad.
La Comisión Hortícola Provincial, en la reunión del mes pasado del corriente año, resolvió poner en conocimiento a las distintas organizaciones y el público en general sobre la gravedad de la enfermedad que afecta al cultivo de tomate en Misiones.
Es producida por una bacteria denominada Ralstonia solanacearum, que habita en el suelo y que a su vez tiene varias razas y subtipos. Penetra en la planta a través de las raíces o de heridas causadas por insectos; se establece en el xilema (los tejidos que conducen el agua de las raíces a las hojas y frutos) ocasionando un taponamiento que impide el flujo de agua hacia las partes aéreas de la planta, manifestando síntomas como marchitez y finalmente la muerte de la planta.
Es una bacteria que causa daños en cultivos de tomate, pimentón, papa, berenjena morrones y tabaco, entre otros. En particular es perjudicial durante la época de lluvias o bajo condiciones de riego cuando el suelo se encuentra húmedo durante mucho tiempo.
Debido a esta enfermedad, los productores sufren importantes pérdidas económicas. Si no se controla a tiempo, la enfermedad puede expandirse de forma incontrolable.
Con los datos de relevamiento obtenidos y ante el avance de esta enfermedad, la Comisión puso en conocimiento a las autoridades y dirigentes sobre la importancia de realizar tareas preventivas y poner en práctica métodos de prevención para evitar la incidencia que está produciendo en la economía de las familias misioneras dedicadas a este cultivo.
Además de alertar, la Comisión solicitó medidas de divulgación a los sectores productivos, de cómo realizar tareas culturales para los distintos cultivos de la familias Solanáceas, para tratar de disminuir al máximo el riesgo de multiplicar dicho patógeno.
También se solicitó a los organismos nacionales como el INTA, la instrumentación de protocolos de producción para que este cultivo resulte sustentable y económicamente rentable en la provincia. Asimismo, al SENASA la posibilidad de informar sobre los registros de ocurrencia de la enfermedad de manera de ver el avance y distribución de la misma.
El ingreso de la bacteria a las plantas se puede evitar a través de los métodos de solarización y desinfección de suelos de manera química, con productos como el formaldehído que resulta uno de los más eficaces. Advierten a los productores que para evitar la enfermedad es necesario saber si el lote no tuvo antecedentes, debido a que la bacteria puede permanecer en el suelo de 8 a 11 años. Por ello recomiendan realizar una combinación de métodos, además de podar las plantas.
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