El jefe del departamento de Zoonosis es el biólogo Duniet Marrero quien, junto al equipo del Instituto de Control de Vectores, recorre chacras de Posadas al menos tres veces por semana en búsqueda de aquellas viviendas donde sospechan que se pueden encontrar flebótomos.
Se realiza un barrido por las chacras de la ciudad y se colocan alrededor de una o dos trampas por manzana, depende de la cantidad de casas que haya porque hay algunas muy pobladas y otras con pocas viviendas. Dentro de esa manzana se realiza una vuelta de reconocimiento en búsqueda de lo que se llama peor escenario, es decir aquella vivienda que tiene perro, gallinas o mucha sombra, porque éste sería el lugar donde más posibilidad habría de encontrar flebótomos, explicó Marrero a PRIMERA EDICIÓN.
Por lo general, uno de los agentes llega a las viviendas y habla con el propietario sobre cuál es el trabajo que realizan y siempre tenemos buena respuesta por parte de los vecinos, indicó Marrero. Si tiene perro o gallinas le pedimos colocar la trampa y lo hacemos cerca de donde están estos animales, que son quienes funcionan como cebo porque la trampa no tiene químicos ni atrayentes, solo luz que es algo que sí atrae al flebótomo, explicó el funcionario municipal. La trampa se coloca por la tarde, queda allí durante toda la noche y es retirada por el mismo equipo municipal al otro día por la mañana. Este es un insecto que vuela de noche por ello necesitamos ese horario para poder capturarlos.
La trampa se conoce, por sus siglas en inglés, como CDC de luz y son importadas. Son una especie de lámpara con una batería que mantiene encendida la luz para atraer al flebótomo que, al acercarse, es succionado por un ventilador y queda atrapado en una red. No solo el flebótomo, todo insecto que se acerque a la luz correrá el mismo destino. La gente tiene que saber que no atrae a los flebótomos de otras viviendas, solo aquellos que se encuentran cerca, en la casa, explicó Marrero.
Al otro día se retiran las trampas, se llevan al laboratorio y se busca, entre todos los insectos que se capturaron, al flebótomo. En caso de que se encuentren, se vuelve a hacer un retrampeo en la zona. Si en una manzana pusimos tres trampas y una dio positiva, en el retrampeo se colocan muchas más en los domicilios circundantes al que dio positivo para saber hasta dónde se amplía esa población de flebótomo. Una vez que se determina ésto, la acción para eliminarlo es la fumigación, indicó. Además el equipo vuelve a la casa, habla con los vecinos sobre las medidas preventivas como eliminar la hojarasca del pasto – porque el flebótomo se reproduce en el material en descomposición-, tratar de que entre más sol; si tiene y, en caso de que sea posible, eliminar el gallinero o al menos mantenerlo limpio; si tiene perro que lo proteja y si puede que duerma adentro por la noche.
Luego sí, la fumigación. A diferencia del Aedes aegypti con el cual es más espacial, ésta es una más localizada. Se pinta el suelo con el insecticida, los árboles hasta cierta altura del tronco, si hay un gallinero se pintan las paredes, si hay un depósito también, porque hay que tratar de cubrir toda la superficie para que las larvas, los adultos y los huevos mueran. No tanto los que están volando sino todos los que están en esa zona, explicó Marrero.
Se colocan alrededor de 14 trampas por día, entre dos y tres veces por semana. Las vamos colocando de manera dispersa porque es una vigilancia epidemiológica. Una vez que encontramos el vector se acota el área, pero en un primer momento es una etapa exploratoria, indicó Marrero. Sí se encuentran flebótomos, agregó y explicó que hasta el momento, las zonas de la ciudad que más presencia de este vector han registrado son Santa Rita y Las Dolores, pero no se ha realizado el trampeo en toda la ciudad, lo que quiere decir que pueden aparecer otras.
Según explicó el funcionario municipal se han realizado trampeos en toda la zona de la avenida Quaranta hacia el Sur, ambos lados de la avenida 213, buena parte de Villa Cabello y faltaría toda la zona que se encuentra entre avenida San Martín y Quaranta hacia el río Paraná.
Este tipo de vigilancia epidemiológica se hace desde 2009, principalmente en el verano porque las altas temperaturas, el calor y el poco viento son condiciones que favorecen el vuelo nocturno del vector. Es por ello que cuando hay mucho viento, baja la temperatura, llueve o incluso llovizna se suspende el trampeo. Si bien las poblaciones están, el insecto no sale a alimentarse en esas noches de tiempo malo y las probabilidades que la trampa capture son mínimas. Entonces no tendría sentido el esfuerzo de trabajo y además, al no capturar tantos flebótomos, se podría creer que en esa zona no hay vectores cuando lo que pasó es que no volaron esa noche. Nuestra idea es mantener controlada las poblaciones de flebótomos para evitar que haya una transmisión de la enfermedad, afirmó.
Un poco más de información
El flebótomo no es el causante de la leishmaniasis, es solo el vector que la transmite. Ésta es una enfermedad parasitaria y el vector, similar a la tarea que realiza el Aedes aegypti, la transmite a perros y también a las personas. Es un mecanismo muy similar pero con diferentes enfermedades, indicó Marrero.
El flebótomo, sus huevos y sus larvas se desarrollan en materia orgánica en descomposición y húmeda. Entonces patios que tengan arbolado muy grande y poca entrada de sol; árboles que no se poden regularmente y acumulen hojas y frutas por debajo, es decir materia orgánica en descomposición, son ambientes propicios para que la larva y el huevo de este flebótomo se desarrollen. Si a ésto le sumamos un perro desprotegido, sin collar ni pipeta, que le sirve de alimento a la hembra del flebótomo confluyen un grupo de factores como para que se dé todo, explicó el funcionario municipal y agregó que otro factor de riesgo muy importante es la presencia de gallinas en las viviendas, que se encuentran en Posadas más de lo que se piensa.
Los gallineros son el principal punto de alimentación de los flebótomos que antes que al perro prefieren a la gallina. Además, las heces de ésta se descomponen y crean un ecosistema de materia orgánica para que larvas y huevos se desarrollen.
El flebótomo prefiere a las gallinas, después al perro. Si éste está infectado se infesta y, al volver a picar a un can, puede transmitirle la enfermedad. Si no encuentra perro o gallina pica al humano pero no son tan frecuentes los casos en personas porque somos un huésped accidental y además porque es nocturno, está en el patio y nosotros dormimos adentro, con la casa cerrada. Por eso estamos más protegidos. Este año no se ha reportado ningún caso hasta la fecha, pero el riesgo existe, finalizó.
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