Lamentablemente se da otro capítulo del uso del dedo político para incorporar a un Estado con un alto déficit fiscal, a los amigos y conocidos de buen relacionamiento con el poder de turno.
Pero siempre hay algún valiente que se anima a contar a los medios de comunicación las cosas que no están bien hechas en el Estado y el de la obra social de los jubilados y pensionados nacionales en la tierra colorada no fue la excepción.
Tal vez porque quienes llevan adelante la administración local no tuvieron en cuenta que estaban relegando a agentes de muchos años sin permitirle acceder a la promoción en la carrera (merecida) en el Estado. Y, peor aún, tampoco estimaron la solidaridad de los menos antigüos, quienes ven cómo ascienden personas que no conocer siquiera un circuito administrativo en el PAMI. A futuro ellos también pueden terminar de la misma manera: olvidados, estancados en una oficina o sector por no comulgar con un determinado sector político.
¿Dónde quedaron los concursos abiertos para la cobertura de cargos en los que se evalúen los conocimientos y la preparación para la administración pública? La gestión de Rolando Rubleski no es la primera ni, al menos en el corto plazo, será la última que sumará funcionarios de manera discrecional.
En el PAMI de Misiones se van 21 agentes sobre 156 que existen en las distintas dependencias. Una enorme oportunidad para poner recursos humanos profesionales en la carrera estatal con todas las condiciones para brindar una mejor atención, eficientizando la administración en beneficio de los miles y miles de jubilados y pensionados que tiene el Instituto en Misiones.
De no dar marcha atrás, Rubleski estará dilapidando, en su fugaz paso por el PAMI, esa oportunidad. Y será recordado como uno más de los que no respetó la promoción interna que solo aparece en los discursos políticos. En un organismo muy sensible para todos los misioneros y los argentinos en general.
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