Fue en el marco de una capacitación a productores hortícolas de la Zona Sur. Se abordaron diferentes temas sobre el proceso en las chacras, desde el capado hasta el empaque. Productores hortícolas de la Zona Sur de la provincia participaron de una capacitación sobre producción de tomates y pimientos, en esta localidad.
La jornada incluyó una recorrida por las chacras e invernaderos para detectar y corregir errores más comunes en el desarrollo de estas hortalizas. Prácticas culturales, capado, injerto, plagas, enfermedades y malezas; desórdenes fisiológicos, cosechas, cuidados, indicadores de cosecha, atributos de calidad, post cosecha, almacenamiento y empaque, fueron algunos de los temas que abordaron Roberto Pacheco y Verónica Obregón, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Bella Vista, Corrientes.
La capacitación tuvo una modalidad teórico-práctica y se realizó en el centro comunitario del paraje Yacutinga. Fue organizada por la Comisión Hortícola Provincial, un espacio interinstitucional integrado por el Ministerio del Agro y la Producción, Vicegobernación, Instituto de Fomento Agropecuario e Industrial (IFAI), la Secretaría de Estado de Agricultura Familiar, Interferias, Mercado Central de Posadas, Biofábrica, INTA, Secretaría de Agricultura Familiar, Coordinación y Desarrollo Territorial de la Nación y la Municipalidad de Posadas.
El gerente de Programas y Proyectos del IFAI, César Niklas explicó que a partir de las reuniones con los productores fuimos detectando necesidades puntuales y con estas capacitaciones nos propusimos reforzar conocimientos para abordar las correcciones técnicas y asegurarnos la producción.
Además comentó que el año pasado realizamos encuestas entre los productores para conocer las necesidades. La idea es el acompañamiento permanente al productor, no solo desde lo financiero y técnico sino en el proceso total. Sabemos que este tipo de producción requiere un manejo especial. Niklas destacó la presencia de los técnicos del INTA de Corrientes porque Bella Vista es una zona productora importante y ellos brindaron las charlas técnicas y también recorrieron las chacras para marcar las correcciones en el terreno.
La realidad de Misiones
El ingeniero Pacheco consignó que con estas capacitaciones se busca adaptar la producción de tomates y pimientos a la realidad de Misiones. Si bien el clima es similar al de Corrientes, aquí el suelo es distinto. La idea es brindarles herramientas teniendo en cuenta las condiciones de Misiones, porque son las dos hortalizas de mayor consumo en la Nación y el mundo, dijo.
El profesional hizo hincapié en la necesidad de vigilar la densidad de plantación, enfermedades más comunes, los problemas con el suelo, aprender a manejar temperatura y humedad en los invernaderos, fechas en que se desarrollan mejor estas plantaciones, entre otros temas en los que se capacitó a los colonos. A partir de la experiencia registrada por el INTA en Corrientes, Pacheco recomendó la siembra de pimientos a partir de los primeros meses del año: de enero a marzo se logra una buena producción. En cambio, señaló que el tomate no se banca mucho el calor pero se adapta al frío de nuestra región, por lo tanto hasta junio se pueden lograr buenos cultivos.
En esa línea, aconsejó la siembra de 20 mil plantas de tomates por hectáreas y de 23 mil de pimientos, lo que equivaldría de 400 a 650 plantas por invernadero. El pimiento es libre, dejamos que la planta genere hojas y brotes, brindando soporte solo cuando requiere alguna conducción lateral. El tomate, en cambio, al ser enredadera necesita más cuidados porque hay que ir ligándolo, podando y deshojando, describió Pacheco entre otras tareas culturales para estos cultivos.
Afirmó que ambas plantas crecen muy bien en invernadero, pero hay que aprender y vigilar el manejo de las plagas para evitar daños posteriores y pérdidas económicas.
Por su parte, la fitopatóloga Obregón insistió con la importancia de conocer qué bacteria u hongos afectan a las plantas para realizar el diagnostico precoz y que la enfermedad no se extienda. Precisó que lo más común en el tomate es el marchitamiento que se produce por una bacteria que lleva a la muerte de la planta. También mencionó los hongos foliares, muy frecuentes en invernaderos y que se corrigen con el uso adecuado de fungicidas.
Obregón insistió en la necesidad de aprender el manejo integrado desde la desinfección del suelo, cuidados de la planta y el manejo del clima dentro del invernadero para no afectar nuestra producción.
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