Callados, quietos y ausentes, tus labios aún permanecen inertes e inmutables, como si fuesen a esconder algún pasado que no merece estar de regreso en este presente. Por más que intente abrirlos a través de las preguntas que te hago y así dar una pista de lo que te ha pasado. Ni siquiera tus labios miran temblorosos como esperando algún sorpresivo beso o una inevitable propuesta después de una silenciosa noche de paseo.
Aún cuando hablas tus labios siguen quietos, no logran siquiera decir todo aquello que sientes y guardas, como oscuros secretos que nunca quisieras que sean develados. No sabes los besos que se ahogan dentro de tu alma, deseos que se encuentran moribundos y luchan por salir. Arrebatos de discreción y respeto que se encuentran allí, solamente esperando. Tus temores con sus frías manos te cubren la boca, para no dejar salir a aquellos besos que necesitan gritar sus ganas a los vientos o simplemente confesar lo que sientes en aquella mirada que a tu lado está.
Tus labios silenciosos simplemente permanecen en el profundo océano de tu distraída alma, donde moribundos luchan por salir y se ahogan dejando escapar una nueva oportunidad de amar. Con el tiempo, tus labios se transformaron en la celda perfecta donde aún se mantienen prisioneros los deseos que por siempre te reclamarán el amor o un futuro prometedor.
Otras veces, parece que no te das cuenta que ese silencio que tu ofreces a cambio de amor destruirá siempre la más bella y sincera ilusión, y llenará de desencanto cualquier encuentro que impidan soltar algún te amo o te extraño, palabras que se perderán en alguna oscuridad de tu habitación, donde por la mañana nuevamente se convertirán en una cansada mirada que reflejará la luz de otra mañana.
Tus labios mirarán otra vez la boca de aquel desconocido y tratará de besarlos o confesar un sentimiento que buscará, como otras noches, ser correspondido. Pero a aquella mirada que no le importará que tus palabras fueran la mentira de una noche, que mitigara la soledad o simplemente encendiera la pasión de momento. Tus labios dormidos reclamarán sinceridad y tal vez un poco de paciencia para volver a amar.
Quizás, no puedes ver que nadie puede viajar a través de tu silencio para descubrir lo que sientes o piensas, tal vez no le darás jamás esa oportunidad, de descubrirte y adivinar tus pensamientos.
Con el tiempo, tus labios se transformarán en rehenes de tus delirios y tu sonrisa será el disfraz donde ocultarás tus tristezas, intentando seducir a aquellos hombres que se acerquen a tu boca como un enjambre a su panal.
Tus labios estarán ausentes, inquietos y dormidos porque tus besos a nadie entregarás, quizás por orgullo o algún capricho que forman parte de ese mundo a donde nadie dejas entrar.
Tus labios dormidos un día despertarán, tal vez en algún sueño donde le darán la bienvenida al amor que un día sin una explicación se marchó y vuelvan a ser sorprendidos por aquel beso en la mañana, serán tus buenos días y una compañía que nunca te dejará.
Tus labios serán como un cofre que guardan los más preciosos te quiero para aquellos pretendientes que merodean tu silencio en busca de alguna llave, que pueda abrir las puertas de tu pecho para sentir los latidos de tu profundo corazón.
Aquel pretendiente que quiera esos labios despertar tendrá que ser paciente y tu confianza ganar, y será en la primavera donde florecerán tus ganas, dejándote alcanzar.
Mientras tanto, él mirará tus labios con delirio buscando el esperado romance para poderlos besar.
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