Su símbolo es un loto de dos pétalos a ambos lados de un círculo blanco que contiene el signo del OM.
En camino hacia los centros superiores y al describir las características del chakra de la garganta, en la nota anterior mencionábamos su mantra armonizador Ham cuya resonancia beneficia todas las funciones de ese centro, a lo que ahora agregamos sus efectos vibratorios en el cerebro que purifican la energía mental. También nos referíamos a la respiración nasal que suena a suave oleaje marino en el área faríngea, referencia que nos remite al pranayama Ujjayi con su sonido interno que mantiene la atención en el presente y se usa casi todo el tiempo durante la práctica del Yoga, tanto en el mantenimiento de las posturas como en el pasaje de una a otra postura, en la relajación y también en la meditación, porque esta respiración se relaciona rítmicamente con el mantra unificador So Ham (Yo Soy) percibido mentalmente: So al inhalar y Ham al exhalar.
En nuestra práctica también efectuamos frecuentemente el Jalandhara Bandha o cierre de la región del cuello, para liberar la energía que tiende a quedar bloqueada allí y en la parte superior del pecho y los hombros, correspondiente a los chakras cuarto y quinto (corazón y garganta), ya que luego de relajar la zona se percibe una agradable sensación de bienestar en la nuca y los hombros así como de seguridad y fuerza interior, porque al fortalecer la parte superior de la columna vertebral permite el libre flujo de la energía vital por el chakra de la garganta hacia los centros más elevados. Además, dicho cierre o bandha estimula la función de las glándulas tiroides y paratiroides, que así optimizadas intensifican las funciones superiores de las glándulas pituitaria y pineal.
Comprobamos entonces que el Vishuddha o chakra de la garganta es un puente vital entre los cuatro elementos de los centros inferiores (tierra, agua, fuego y aire) y el principio del pensamiento en el chakra del entrecejo, porque como centro de la receptividad, de la expresión y de la comunicación, a través de su elemento que es el éter puede intercambiar la energía con los niveles más elevados y espirituales de nuestra anatomía sutil. Allanado entonces el camino al sexto chakra
veámoslo.
El centro del entrecejo recibe el nombre de Ajña Chakra debido a su función de ordenamiento o mando sobre toda la persona, como sede del pensamiento, la razón, la mente superior y la intuición o sexto sentido. Con frecuencia se lo denomina tercer ojo y también el ojo de la sabiduría, por ser el centro de la visión interior y de la percepción más allá de la comprensión ordinaria. Es un centro de energía que se ubica internamente encima del nacimiento de la nariz, proyectado desde la base del cráneo hasta un poco debajo de la mitad de la frente. Su símbolo es un loto de dos pétalos a ambos lados de un círculo blanco que contiene el signo del OM, la vibración universal del Todo que también es su mantra armonizador. Y
¡vean esto!: la nota musical que le corresponde es LA; esta misma nota se utiliza por medio de un diapasón en la afinación de los instrumentos musicales y de las voces para el canto
¿qué les parece?
El elemento de este chakra es la luz; su órgano correspondiente es el cerebro y su glándula es la pituitaria; su actividad es la mente, con el pensamiento y la intuición; su principio fundamental es la conciencia; su color es el índigo; su metal es la plata y su planeta regente es Neptuno. Es el centro del Raja Yoga, el Yoga de la conciencia y la meditación.
El desarrollo armónico del Ajña Chakra proporciona conocimientos concretos y también la claridad de percepción y de juicio que nos permite estar siempre en el lugar y el momento adecuados, porque es nuestra conexión directa con la fuente infinita de sabiduría y evolución espiritual.
Y el tema no está acabado. Hay bastante más que decir acerca de nuestro chakra frontal y lo dejamos para la próxima nota. Ahora nos sentamos erguiditos, relajados, respirando suavemente con el sonido de mar en la faringe, con los ojos cerrados y la concentración en la luz del entrecejo, en la quietud del ahora y en la paz del espíritu. Namasté.
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