Los municipios no logran finalizarlas con recursos propios. Intendentes misioneros recorren los despachos porteños buscando la reactivación pero les piden que aguanten. Los casos de Candelaria y Oberá. Desde diciembre pasado, la Nación solamente está cumpliendo con los envíos de dinero mínimos e indispensables para Misiones. La crisis económica que atraviesa el Gobierno de Cambiemos repercute con fuerza en provincias y municipios, en algunos más que en otros. La recaudación viene creciendo un 30% interanual en promedio, así que ese no es el problema. La causa, entonces, sería el ajuste en los gastos públicos que está obligada a realizar la Nación para reducir el déficit. Aunque se anunció que no afectaría obras en marcha, evidentemente en Misiones sí está afectando.
Y no se trata de dinero que viene prestado o regalado por la Nación a la provincia. Son fondos que se recaudan en todo el país y luego regresan a las jurisdicciones en forma de coparticipación, aportes no reintegrables, obras y programas. De hecho, a Misiones solo regresa el 20% de todos los impuestos nacionales que aquí se recaudan.
Hay dos municipios donde se siente el impacto con más contundencia que otros. Oberá y Candelaria, fueron de los pocos distritos que consiguieron obras financiadas por la Nación en la era de Mauricio Macri, pero el Gobierno dejó de pagar los certificados y quedaron al borde de ser paralizadas.
Oberá
El intendente de Oberá, Carlos Fernández, analizó que la situación económica es muy seria. El único proyecto que nosotros tenemos ejecutando desde Nación es una obra de desagües pluviales, de 32 millones de pesos y estamos resentidos en cinco certificados, lo cual implica un atraso aproximadamente de casi 15 millones de pesos de falta de pago. Explicó que el Gobierno nacional debe millones de pesos que deben ingresar a las arcas municipales para pagar a la empresa.
En todo este año no hemos recibido ningún pago para efectuar a la empresa que ganó la licitación, se quejó Fernández.
El alcalde señaló que el municipio es el organismo de control, junto con funcionarios de Buenos Aires, que vienen a controlar pero la certificación se firma aquí.
Comentó que la obra está retrasada, ya debería estar finalizada pero, al tener estos recortes tan importantes de dinero, es muy difícil continuar con una obra tan grande.
Ante el peligro de que se frene la obra, Fernández afirmó que es una preocupación y que desde el municipio estamos sosteniendo la obra para que no se corte porque es un problema para los vecinos. De alguna manera, estamos arreglando y la empresa nos está aguantando para poder seguir la obra, que está en una etapa final pero a un ritmo muy lento.
Consultado si habló con autoridades nacionales, el jefe comunal lo admitió: Hablé con todos y dicen que tenemos que tener paciencia, aguantar porque la responsabilidad no pasa solo por ellos, sino que las arcas no tienen plata.
Por último, Fernández evaluó que han hecho mal los cálculos y lo que vemos que pasa a nivel nacional con este problema inflacionario, tenemos la esperanza que pase pronto y volvamos a encontrar el rumbo entre todos los argentinos.
Candelaria
El intendente de Candelaria, Daniel Luna, fue otro que consiguió financiamiento nacional para una obra en la comuna.
Al respecto, explicó que la situación es muy difícil, hay poco apoyo del Gobierno nacional, nosotros tenemos una obra de 32 cuadras de asfalto, es una de las pocas que consiguieron los municipios de Misiones y nos está costando terminar porque los últimos desembolsos no llegaron.
Es una obra que tenía que estar terminada en octubre del año pasado, se demoraron tanto los desembolsos que está prácticamente paralizada. Falta 12% pero sin la posibilidad de desembolsos es muy difícil terminarla, agregó.
Asimismo, advirtió que la situación económica de Candelaria está complicada porque el municipio contaba con un apoyo económico de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) que se cortó en diciembre pasado y nos está costando retomar.
Se trata de una asistencia que se otorga a todos los municipios afectados por el embalse de la represa, por haber perdido tierras productivas y resignar la posibilidad de recaudar tasa inmobiliaria y otros recursos.
Luna explicó que, en años anteriores, el municipio subsistía económicamente con la coparticipación y la asistencia de la EBY, pero las cosas cambiaron y en este tiempo, en algunos meses, la coparticipación no alcanza ni siquiera para cubrir los salarios. El último mes vino por debajo de la masa salarial, señaló.
Respecto del acuerdo con la EBY, recordó que en 2016 también demoró seis meses en activar los pagos mensuales y que no hubo retroactivo. Es decir que los meses que el municipio no cobró fue dinero que se perdió.
A pesar que siempre tienen buena voluntad, se demora mucho, no sé si es burocracia o decisión política pero está demorado y nos afecta muchísimo, finalizó.
Los convenios
El presupuesto inicial de las obras era de 36 millones para Candelaria y 32 millones para Oberá. Los fondos provienen del Ministerio del Interior.
En el caso de Oberá, los 32 millones no reintegrables financiarán el mejoramiento de calles y avenidas, cordones cunetas, badenes, infraestructura de agua potable y desagües cloacales, obras que demandarían nueve meses de trabajo. Se trata de un proyecto presentado ante la Secretaría de Vivienda y Hábitat en el marco del Programa de financiamiento de obras viales urbanas, periurbanas, caminos de la producción, accesos a pueblos y obras de seguridad vial.
En el caso de Candelaria, se licitaron 32 cuadras de nueva infraestructura vial (pavimento, cordón cuneta y desagües pluviales) con un plazo de obras previsto de siete meses. El pedido fue presentado en la misma dependencia.
Al momento de licitarse, la intención de la Nación era terminar todo en un plazo breve, antes de las elecciones legislativas de 2017.
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