Hoy se lleva a cabo la segunda jornada del paro de 48 horas de los docentes universitarios. El secretario adjunto de la Conadu Histórica, Antonio Roselló, habló con PRIMERA EDICIÓN y advirtió sobre el alcance e impacto del ajuste.
Además de la cuestión salarial (la ConaduH pide un 25% de aumento retroactivo a marzo frente al 15% ofrecido por el Gobierno nacional, que anunció esta semana el pago del 5% (a cuenta de futuros aumentos), el sindicato que nuclea a los docentes universitarios manifestó su preocupación por las políticas educativas del Gobierno macrista.
Pese a la escalada del dólar y lo que eso implicará en la inflación, no subimos el porcentaje del aumento salarial solicitado por una decisión consciente. Pero el 25% lo pedimos retroactivo a marzo y en un solo pago, con cláusula de indexación y no de revisión o gatillo porque en 2016 firmamos cláusula de revisión y jamás reunieron a la comisión, en 2017 nosotros no firmamos cláusula gatillo pero sí las otras organizaciones sindicales y algunos recién la están cobrando ahora. Como aplicaron sobre los montos que quisieron, significó un adicional de 2,27%. Lo que pedimos ahora es cláusula de indexación, es decir que los sueldos se ajusten periódicamente al Índice de Precios al Consumidor (IPC). Reclamamos además un salario inicial de 17 mil pesos, monto con el que ya nos quedamos cortos porque era la línea de pobreza en marzo y ahora ya superó los 18 mil pesos, detalló.
No tenemos un régimen de privilegio
Roselló cuestionó la intención del Gobierno de Macri de ajustar echando mano a los regímenes especiales laborales y jubilatorios, en los que están incluidos los docentes universitarios, cuerpos diplomáticos y el Poder Judicial.
Parece que el Gobierno olvida que los docentes aportamos el 2% más de nuestro sueldo durante 25 a 30 años (el docente puede jubilarse a los 60 o 65, según sea mujer u hombre, con posibilidad de extenderlo voluntariamente hasta los 70). Ese 2% es el que nos posibilita la movilidad del 82% respecto al trabajador activo, indicó.
Para el dirigente gremial, el ajuste sobre las jubilaciones comenzó con la reforma previsional que otorga a los jubilados aumentos por debajo de la inflación y advirtió que ahora vienen por nuestro régimen jubilatorio que no es un régimen de privilegio, nos escandaliza que comparen a los docentes universitarios con los jueces federales que no pagan ganancias o con los diplomáticos que cobran hasta 400.000 pesos sin límite de jubilación. Esto es un ataque profundo a las condiciones del trabajador docente, sean universitarios o pre-universitarios, nacionales o provinciales, porque este régimen es para todas las cajas ya transferidas de la docencia. Esto comenzó en diciembre pasado y ya se aplica para los investigadores de dedicación exclusiva; y ahora vienen por el resto de la docencia, remarcó.
Reselló puso en jaque a la concepción de que los docentes trabajan menos horas que los otros trabajadores, trabajamos hasta 50 horas mensuales, cuando la ley de contrato de trabajo establece 48 horas como máximo. Precisamente, queremos que se aumenten las dedicaciones exclusivas en las universidades para que éstas no sean `enseñaderos´; en cambio, que se haga extensión, investigación y creación de conocimiento, no sólo que se dicten cursos de postgrado a distancia pagos.
Contra el plan del Gobierno
El secretario adjunto de la ConaduH criticó al sistema nacional de reconocimiento de trayectorias académicas, firmado por los rectores de las universidades nacionales, porque iguala a las universidades públicas y privadas, pues cualquiera puede ir a una universidad `low cost´, estudiar a distancia una determinada cantidad de materias y después van a la Universidad Nacional de Córdoba o a la UBA y obtienen su título `premium´. Esto no es más que la aplicación de la Ley de Educación Superior, que ya tiene 21 años de vigencia, y de la acreditación de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), el mismo organismo que impulsa una disminución de la duración y contenidos de los títulos de grado para pasarlos al master. Es lo mismo que se aplica en Europa donde, con cinco años (la duración de una licenciatura en Argentina) obtiene dos títulos: el de grado y un master… lo que nadie dice es que en Argentina los master o postgrados son pagos, incluso para los docentes universitarios que no tienen capacitación en servicio (en Europa, ambos son arancelados). Tampoco es casual que ahora el Ministerio de Educación diga que todos los docentes deberían ser doctores, porque ya no alcanzan nuestras maestrías y postgrados.
A su entender, estos cambios forman parte del plan del Gobierno para la educación y la universidad con un agregado clave: el recorte de 3.000 millones al presupuesto educativo y la suspensión de las obras de infraestructura. Debido a que el 90% del presupuesto universitario va a sueldos, este achique en el presupuesto se notará en menos becas, menos comedor, menos bibliotecas, menos laboratorios porque sus insumos están dolarizados. A estos fondos el Gobierno llama gastos de funcionamiento, pero para nosotros son los fondos que se necesitan para que la universidad cumpla su función: retener a los estudiantes, realizar producción de conocimiento, hacer extensión e investigación. No alcanza con que pague a sus docentes.
Para Roselló, vienen por nuestras jubilaciones y salarios, este es el ajuste que impulsan las políticas banco mundialistas desde diciembre pasado, no es un tema que haya comenzado ahora con el pedido de crédito al FMI, aseveró.
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