El ingeniero agrónomo Nicolás Balanda (27) es posadeño. Su trabajo de tesis sobre el producto madre de Misiones fue galardonado por la universidad donde cursó sus estudios. Este reconocimiento es un escalón para poder mejorar, crecer como persona y como profesional y poder contribuir con la provincia, señaló, emocionado.POSADAS. El trabajo final del ingeniero agrónomo Nicolás Balanda (27) se basó en el efecto de diferentes enmiendas orgánicas sobre la recuperación estructural de los yerbales, un tema de suma importancia para una provincia como la nuestra considerada yerbatera por excelencia. Desde la Universidad del Salvador (USAL) -cursó sus estudios en la sede de Gobernador Virasoro, Corrientes- lo invitaron a concursar como mejor tesis de carrera. De Agronomía eligieron la mía y me otorgaron un reconocimiento, confió el profesional recibido en marzo de 2017.
En cuarto año comenzaron a trabajar con la temática. En 2012 empezaron a incorporar en los líneos de las plantaciones las enmiendas orgánicas que consisten en palitos de yerba mate de secadero, aserrín y cáscara de pino. Usamos esos tres elementos en determinadas cantidades contra un testigo que era el suelo limpio. Tras esperar tres años, tomamos una muestra de los suelos para ver si realmente había una mejora. Comprobamos que se registraron modificaciones positivas, y se llegó a la conclusión que estas técnicas sirven para mejorar las estructuras del suelo, las propiedades físicas, relató. Está claro que el cambio que se produce no es inmediato. En tres años fueron pequeños avances observados , y la producción mejoró entre un 1 y un 2%, acotó.
Consideró que para el productor es algo económico y accesible, y muchas veces los aserraderos tiran los deshechos porque no saben en qué emplearlos. Entonces es una alternativa para ayudar al pequeño productor para mantener el suelo limpio, con una buena estructura. Eso es lo que buscamos. Se hizo la muestra y se obtuvieron estos datos. Pasados dos años, volvieron a tomarlas en el yerbal al que fueron a trabajar en un principio y me contaron que mejoró mucho la estructura de la hectárea y media en la que se hizo el ensayo, en una propiedad situada en Rincón Viola, municipio de Gobernador Virasoro. Esa parcela fue tomada como experimento. Luego se llevó a una escala mayor, entre 10 y 12 hectáreas, para seguir con la prueba. A entender de Balanda, es un trabajo que no tiene fin. Al concluir su etapa entregó la posta a Alejandro Osudar. Será él quien siga tomando los datos para poder continuar armando un trabajo mucho mejor que quedará archivado en el INTA y serán de acceso público. Piensa que el productor con un bajo costo puede mantener el suelo y con una buena estructura, puede mejorar los rindes y disminuir la acción del laboreo (cultivo de la tierra o del campo) entre los líneos de yerba, eso es lo que se buscaba y eso es lo que se logró hasta terminar el trabajo.
Fue muy importante y fui sumamente feliz al recibir el reconocimiento. Saber que un trabajo que nos llevó tanto tiempo desarrollar haya logrado un galardón; ser el primero de Misiones que haya ganado este galardón de la Universidad, en Buenos Aires, y que se reconozca algo sobre yerba mate en Buenos Aires por quienes no están acostumbrados a ver escritos sobre el tema, fue muy importante, muy valioso. Fue la culminación de ocho años de estudio. No hay mejor manera que cerrar con un premio de esta naturaleza, donde la Casa de Estudios reconoció el trabajo, narró el joven, que recibió el reconocimiento a principios de mayo en el Campus Universitario emplazado en Pilar, Buenos Aires.
Refirió que los integrantes del jurado evaluaron los aspectos técnicos y la escritura pero terminaron inclinándose por la importancia del trabajo hacia la comunidad porque es técnico pero también aporta a la comunidad porque a través de esto tratamos de lograr que se disminuya el costo de los agricultores a la hora producir yerba y recuperar sus suelos. Se logró y la universidad lo reconoció, y es un momento feliz por eso.
Nacido y criado en Posadas, de pequeño visitaba las chacras de familiares en compañía de Jorge, su padre, y se interesaba por el cultivo de yerba y tabaco. El amor a la agronomía llegó a Balanda junto a la culminación de sus estudios secundarios. Me di cuenta que era una oportunidad para poder desenvolverme en algo que me gustaba, en un ámbito en el que me sentía seguro. Y esto es un escalón para poder mejorar, crecer como persona y como profesional y poder contribuir con la provincia y, porque no con Corrientes, con algo simple que puede servir para algún colono. El trabajo está disponible para aprender a hacer rendir la producción.
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