Aumentan los empleos no registrados y de sueldos bajos. Sobresale una tendencia a trabajar más tiempo por menos plata. El monotributo reemplaza a la relación de dependencia.A pesar que las estadísticas reflejan una reducción del desempleo y de que Posadas solo tiene un 2,7% de ciudadanos desempleados, los números fríos muestran otra realidad más compleja: que el empleo más común en este tiempo no es de calidad y las remuneraciones son muy bajas.
Pareciera una contradicción, pero es el signo crudo de una economía que sigue castigando a los asalariados y a los eslabones de las clases baja y media-baja.
Otra realidad que refleja la difícil situación económica de los posadeños es que en el tercer trimestre de 2017 se registró una Población Económicamente Activa de 163 mil personas, de las cuales 159 mil están ocupados y 4.000 desocupados; pero a la vez hay 197 mil personas que se encuentran inactivas, es decir, que no tienen ni buscan trabajo. Son casi 40 mil más que los activos.
En el mismo sentido, el Instituto Provincial de Estadística y Censo (IPEC) apuntó que 16 mil personas ocupadas demandan otra ocupación y permanecen 15 mil subocupados, que son los que hacen changas.
En estos 31 mil casos entran personas que ganan muy poco, trabajan menos horas de las necesarias, o trabajan demasiado y buscan otro empleo menos demandante.
Alejándonos del trabajo decente
El Observatorio de Trabajo Decente que funciona en Misiones elaboró un informe en el que afirmó que estamos alejándonos del trabajo decente, porque se precariza el mercado laboral, baja la calidad del empleo y aumentan los puestos peores pagos.
Si bien el desempleo ha bajado según los datos oficiales correspondientes al período comprendido entre diciembre de 2015 y diciembre de 2017, muchos de los nuevos empleos son precarizados y de menor calidad.
La Organización Internacional del Trabajo sostiene que el trabajo decente implica acceder al empleo en condiciones de libertad y de reconocimiento de los derechos básicos del trabajo.
Estos derechos garantizan que no haya discriminación ni hostigamiento, que se reciba un ingreso que permita satisfacer las necesidades y responsabilidades básicas económicas, sociales y familiares, y que se logre un nivel de protección social para el trabajador, la trabajadora y los miembros de su familia.
La pregunta disparadora es: ¿existe una política de empleo?, entendida en los términos de un conjunto de acciones tomadas desde los poderes públicos para aumentar el empleo, o corregir los indicadores del desempleo.
La situación 2015-2017 nos da como resultado que 50.000 puestos de trabajo registrados, del sector privado y de remuneración mayor a la media, se cayeron entre 2016 y 2017. Mientras, crecieron los puestos peores pagos y la figura del monotributo como forma de contratación, según el informe del Observatorio que coordina el exconcejal Jorge Piru Gómez, actual asesor del Centro de Empleados de Comercio.
Se agrega que hay una recuperación económica con precarización del mercado de trabajo. Aunque haya una incipiente recuperación de la economía, lo que se oculta es el aumento de la precariedad laboral. Hay un corrimiento o desplazamiento de las nuevas incorporaciones, alejándose del trabajo decente.
En Posadas, tomando el segundo trimestre de 2015 y comparando con el segundo trimestre 2017, la desocupación pasó del 1% al 5% y la subocupación del 4,6% al 7,6%. La tasa de actividad para el mismo período creció del 40,1% al 42% y la tasa de empleo del 39,7% al 39,8%, se advierte.
Asimismo, a nivel país hay un aumento de los trabajadores monotributistas en detrimento de los trabajadores asalariados. De noviembre de 2015 a agosto de 2016, hubo 82.000 trabajadores registrados asalariados menos. Para agosto de 2017 se recuperaron 54.000 trabajadores asalariados, pero peor pagos y otros tantos monotributistas como nueva figura de contratación, sin sostener la caída de asalariados del primer año. La conclusión es que aumenta la precarización laboral como signo de la economía actual y sobresale una tendencia a trabajar más tiempo por menos plata.
Lo más grave de la actual situación es la pérdida de derechos laborales, ya que persisten las incorporaciones al mercado de trabajo sin aguinaldo, sin licencia por enfermedad, sin obra social, sin descuentos jubilatorios y trabajando más horas que lo que estipula la ley. El sector rural se destaca como el área más afectada en términos de pérdida de derechos laborales en los últimos dos años, indica el informe del Observatorio.
Cuentapropistas
A su vez, el informe de mercado laboral de la consultora Economía y Regiones destaca la merma en el índice de desempleo difundida por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) en su último informe con datos del tercer trimestre del año pasado.
La tasa de desocupación se ubicó en el tercer trimestre del año pasado en 8,3% y la de subocupación en 10,8%, según esos datos.
Sin embargo, la consultora sumó los datos de la tasa de empleo no registrado, que a esa fecha se ubicaba en 34,4%, con una suba de 0,6% respecto al mismo período del año 2016.
En total, al cierre de septiembre del año pasado, en Argentina había 20,5 millones de puestos de trabajo, con una suba del 1,9% respecto al mismo período del año anterior; de los cuales 10,6 millones corresponden al asalariado registrado (con un incremento interanual del 0,9%), mientras que el empleo no registrado tuvo un aumento del 2,2% (4,9 millones) y los puestos no asalariados (cuentapropistas y monotribustistas) crecieron un 4%.
El servicio doméstico representa la mayor cantidad de los puestos de trabajo no registrados (25,5%) seguido por Comercio (14,2%) y agricultura, ganadería, caza y silvicultura, que llega al 12,7%.
En cuanto a los monotribustistas y cuentapropistas, nuevamente Comercio lidera el ranking con el 33% de los puestos de trabajo, seguido por el sector de la construcción (15,8%) y la industria manufacturera, con el 12,5%.
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