María Mercedes González – Posadas (Misiones) Señora Directora: Nadie pone en duda en Posadas que el servicio que presta el transporte público de pasajeros es insatisfactorio y que con el reciente cambio de sistema en la zona suroeste muchos de los problemas existentes se han agudizado y no fueron resueltos.
Hubo mejoras en las unidades en circulación (y eso es innegable), aunque subsistan con algunos coches más antiguos. En particular una de las empresas desvinculadas del Sistema Integrado que renovó buena parte de su flota e incorporó colectivos con aire acondicionado, muy oportuno para una región tan calurosa como la nuestra.
A la par, parece haber habido un descuido en cuanto a las frecuencias y recorridos en algunas de las líneas que cubre esa empresa. En particular, una de ellas que desdobló sus ramales en el área de acercamiento hacia la zona céntrica e incorporó trayectos más cortos en ellas.
Al contrario de lo que podría significar una mejora en la prestación, lo que pudo haberse ganado en cobertura de usuarios se perdió en puntualidad y frecuencia, ya que los tiempos anteriores tradicionales, más o menos regulares, fueron reemplazados por otros absolutamente caóticos. En algunos casos, por ejemplo, las esperas que habitualmente eran de alrededor de 20 minutos –hablo de la línea 14–, ahora se han extendido a más de 30 o 40, incluso en aquellos puntos donde convergen todos sus ramales.
A la pérdida de tiempo que en la otra empresa significa, por ejemplo, el tener que esperar en la terminal Quaranta para el trasbordo a una nueva unidad que nos lleve a destino, ahora se suma la de ésta que de alguna manera era una opción diferente y relativamente más ordenada.
Aplaudo todos los cambios que puedan hacerse para mejorar el servicio que sigue siendo insatisfactorio, pero me parece que ellos traen implicadas reformas que respondan a las demandas del usuario y no que las compliquen.
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