Amor, vida y dinero son energías equivalentes y provienen de la unión en nosotros de nuestros padres biológicos.Es una de las leyes sistémicas u órdenes del amor, como lo denomina Bert Hellinger. Solo podemos dar aquello que tenemos y solo podemos tomar aquello que necesitamos.
En toda relación ya sea de amor, familiar, de trabajo o amistad debe existir un equilibrio entre el dar y recibir.
Todo intercambio entre personas genera una descompensación y la dinámica que se encuentra en el intercambio es que el que da se siente libre, superior y con el derecho de exigir, mientras que el que recibe se siente inferior, culpable y obligado a compensar lo recibido.
¿Por qué es importante el equilibrio entre lo que doy y lo que recibo?, porque a ninguno nos gusta sentirnos en deuda con la persona que nos da, por lo tanto buscaremos pagar devolviendo el gesto, cuando un miembro da demasiado o por el contrario, cuando alguien toma algo que no le corresponde, está generando un desequilibrio que puede tener consecuencias en toda la red familiar. Quien da más tiene la sensación de sentirse superior por su capacidad de dar empequeñeciendo al otro por no corresponder de la misma forma, si soy del tipo de personas que solo quiero dar o solo quiero recibir me estoy protegiendo de alguna forma de la verdadera conexión con el otro.
La única excepción a esta ley se da con los padres, puesto que ellos dan todo por sus hijos comenzando por el regalo más preciado como es la vida, el cual no se puede pagar de ninguna manera y la única forma es pasando la vida como ellos nos la dieron a nosotros.
Tenemos relaciones equilibradas cuando hemos aceptado a nuestros padres tal y como son, desde el amor, el respeto u honra, asintiendo a su manera de ser, abandonando nuestra preferencia por uno de ellos e integrándolos en nuestro interior como nuestro origen.
Colabora
Patricia Couceiro
Consteladora
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