Investigadores internacionales advierten que el declive de la diversidad biológica reduce el bienestar de las personas. Proponen un compromiso colectivo de conservación.
Un estudio publicado por el Panel Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos alertó que el declive de la diversidad biológica en todas las regiones del mundo reduce significativamente la capacidad de la naturaleza de contribuir al bienestar de las personas.
El grupo de investigación estuvo integrado por casi 600 expertos de más de 100 países, entre ellos tres especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTA).
El informe, resultado de tres años de trabajo, analizó el estado de la diversidad biológica, la esencial variedad de formas de vida en el planeta, en las cuatro regiones continentales: las Américas, África, Europa y Asia Central y Asia Pacífico.
También se examinaron los factores que amenazan esta riqueza biológica y aquellas acciones de políticas públicas que procuran la conservación.
A excepción de algunos ejemplos positivos, el reporte indicó que en todas las regiones la capacidad de la naturaleza y de la diversidad biológica se está degradando, reduciendo y perdiendo para aportar contribuciones a las personas.
Este declive se debe, señalaron, a un número de presiones comunes: el estrés del hábitat; la sobreexplotación y el uso no sostenible de recursos naturales; la contaminación del aire, la tierra y el agua; mayor número de especies exóticas invasoras; el cambio climático, entre otras.
El informe americano, fue conducido por expertos de Canadá, Brasil y Argentina. En las Américas, la riqueza de la diversidad biológica contribuye ampliamente a la calidad de vida ayudando a reducir la pobreza, a la vez que fortalece las economías y los medios de subsistencia, manifestó Jake Rice, copresidente de la evaluación de las Américas junto con la especialista brasileña Cristiana Simão Seixas y María Elena Zaccagnini, profesional asociada del INTA que representó a la Argentina en el estudio.
El valor económico de las contribuciones de la naturaleza basadas en la tierra a la población de las Américas es más de 24 billones de dólares por año, equivalente al PIB de la región.
Sin embargo, casi dos tercios, alrededor del 65%, de estas contribuciones están en proceso de disminución, con un descenso del 21%.
Cambio climático
El informe detalló que el cambio climático inducido por el hombre lleva cada vez más a la pérdida de la biodiversidad y a la disminución de las contribuciones de la naturaleza a las personas.
En este sentido, se afirmó que, de mantenerse el escenario habitual, el cambio climático será el factor de más rápido crecimiento que afectará negativamente la diversidad biológica para el año 2050 en las Américas, hasta tornarse comparable con las presiones impuestas por el cambio de uso de la tierra.
A fin de contrarrestar el cambio climático a largo plazo, Zaccagnini expresó que es fundamental la suma de las pequeñas contribuciones que los ciudadanos realicen para alcanzar los objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y de mitigación de los efectos que ya se evidencian dentro de los socioecosistemas.
Cabe destacar que el documento apuntó que de mantenerse el escenario habitual, el cambio climático será el factor de más rápido crecimiento que afectará negativamente la diversidad biológica.
Propuestas
Pese a las cifras alarmantes que advierten los expertos del Panel Internacional, también hay mensajes de esperanza.
De acuerdo a los investigadores, existen opciones de políticas prometedoras que demostraron funcionar para proteger y restaurar la diversidad biológica y los servicios ecosistémicos, en aquellos lugares donde se aplicaron eficazmente.
Por ejemplo, en las Américas, la protección de áreas claves de diversidad biológica aumentó un 17% entre 1970 y 2010. No obstante, consideran que menos del 20% de las áreas claves de diversidad biológica están protegidas y el alcance varía significativamente.
En esta línea, el informe aclaró que las áreas protegidas y los proyectos de restauración son algunas de las posibles intervenciones para que los paisajes dominados por el hombre brinden más apoyo a la diversidad biológica y a las contribuciones de la naturaleza a las personas.
Además, señaló que el capital natural está mejor protegido cuando se integra a una amplia gama de políticas económicas y sectoriales como el pago por servicios de los ecosistemas y la certificación ecológica. Otras opciones, señaló el estudio, pueden ser las combinaciones adecuadas de cambios de comportamiento, tecnologías mejoradas, investigación, niveles adecuados de financiación, mejores programas de educación y sensibilización.
Acciones
La investigación internacional remarcó a su vez que los ecosistemas terrestres, las especies que los habitan y sus estructuras genéticas producen servicios ecosistémicos que mantienen la vida en la Tierra: regulan el clima, la calidad del aire y del agua y son fuente de alimentos, fibras, energía, medicinas y otros recursos estratégicos para la economía, la salud y el bienestar de las personas.
Por todo esto, es indispensable conservar ese capital natural ya que permitirá que los ecosistemas continúen suministrando esos servicios vitales e insustituibles tanto para la actividad agrícola como para la calidad de vida.
En consecuencia, los especialistas del INTA, en conjunto con organizaciones civiles y otros organismos del Estado, llevan adelante numerosas líneas de acción e investigación con distintos proyectos, que hacen posible la implementación de sistemas productivos, que preserven la diversidad biológica y logren una adecuada convivencia entre las actividades económicas y el cuidado del ambiente.
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