Hace 51 años la empresa Ortmann y Tejeda encargó al martillero público Enrique Albracht la venta de 500 propiedades, en lo que se conocía como El Cruce. En los terrenos abundaba la madera y la yerba mate silvestre.
SAN VICENTE. El 21 de mayo de 1967, hace 51 años, se realizó la primera venta de lotes de San Vicente. La empresa Ortmann y Tejeda encargó al martillero público Enrique Albracht la venta de 500 lotes y quintas en lo que hoy es la Capital Nacional de la Madera. Una gran campaña publicitaria en toda la provincia y un plazo de entre diez y veinte años para pagar las propiedades, llamaron la atención y atrajeron a una gran cantidad de vecinos a esta incipiente localidad.
La firma Ortmann y Tejeda se establecieron en San Vicente a mediados de la década del 60. Instalaron una industria maderera a la que todos conocían como La Fábrica y marcó un precedente para que otros vinieran a invertir a esta zona. Hasta ese entonces la madera y la yerba mate silvestre que se sacaba de los montes, se llevaba a otros pueblos del centro de la provincia a fin que sea industrializada.
Con una visión futurista y muy acertada, los dos empresarios decidieron que mucha más gente debía venir a radicarse en la zona. Y una de las formas era la de promover en toda Misiones, e incluso en provincias vecinas, la idea que acá era un lugar con mucho futuro. Así fue que encargaron al martillero Albracht la venta de lotes urbanos y quintas en la zona del kilómetro 1260 o 260 o El Cruce como se lo conocía a San Vicente en aquellos tiempos.
Albracht puso en marcha el plan de los dos socios y comenzaron con una campaña publicitaria con la instalación de carteles a lo largo de la Ruta Nacional N° 14 con el slogan Futura Ciudad San Vicente y más abajo Remata 500 lotes y quintas el domingo 21 de mayo de 1967, a las 13, sobre los mismos terrenos y A 10 años de plazo sin intereses.
La imagen de una ciudad bien organizada con calles adecuadamente trazadas y unas aeronaves sobrevolando la zona urbana ilustraban la parte central de los carteles. Cuentan algunos memoriosos que uno de esos carteles grandes de chapa se erigió en el territorio de la provincia de Corrientes antes del límite con Misiones. Otros se colocaron sobre la ruta Nacional N° 14 y otros sobre la Ruta Nacional N° 12, en el acceso a cada pueblo o ciudad de aquel entonces.
Tal vez no había intención de los empresarios-socios en ganar dinero con la venta de esos lotes y quintas, sino la de atraer gente a esta parte de la provincia, que tenía mucho potencial por la cantidad de madera y yerba que se extraía de los montes, y la consecuente necesidad de mano de obra para los obrajes. Para ese tiempo San Vicente o El Cruce, era un lugar de referencia para mucha gente que buscaba nuevos horizontes para radicarse. Cada día llegaban familias de trabajadores y de colonos a instalarse en la zona.
Ese 21 de mayo fue considerado como la fecha de fundación de San Vicente. En el año 2007 el Concejo Deliberante propuso al 21 de mayo de 1967 como fecha de fundación porque marcó un antes y un después para la urbanización de la ciudad y era la primera vez que aparecía San Vicente. Luego cuando se redactó la Carta Orgánica se tomó el 27 de septiembre de 1961 como fecha fundacional por la aparición del Decreto N° 3333 de la Gobernación de Misiones señalando como San Vicente a este paraje. Pero el 21 de mayo figura como una fecha de las efemérides más importante de esta ciudad.
El loteo de Ortmann y Tejeda es parte principal de la ciudad de San Vicente. Con las características de una ciudad de otros puntos del país, los empresarios marcaron en la parte central de su loteo una manzana como la plaza principal, a su alrededor dejaron terrenos para la policía, la municipalidad, el correo y la iglesia católica. Lo curioso es que en ese tiempo San Vicente no era municipio, recién lo fue diez años después. Otro punto relevante es que no eran católicos y fueron ellos los que apuntalaron la construcción del edificio de la iglesia católica, donde hoy es la Iglesia Histórica.
Hay que hacer una aclaración. San Vicente o El Cruce, era en ese entonces un pueblo en formación. La ruta 14 cruzaba por la actual traza de la avenida Libertador. Esa parte era la zona más elegida por los que decidían apostar a este nuevo espacio. Los pocos comercios estaban a la vera de esa ruta y la gente buscaba un lugar donde ubicarse. Toda esa franja figuraba como terreno fiscal, por lo tanto, era más fácil de conseguir un terreno para hacer la casa. También conseguían en esa parte chacras baratas, de donde se sacaban las maderas nativas y luego se las abandonaba.
La intención de los socios empresarios fue la de radicar una urbanización, hicieron lotear, abrieron las calles y hasta las pusieron los nombres. Muchas de ellas todavía mantienen las denominaciones originales. Buscaron organizar una ciudad, pero la fuerza y la pujanza terminó por sobreponerse a sus pretensiones. Pronto se generó una diferencia entre los vecinos. Por un lado, los que pregonaban que ese loteo sea el centro de la ciudad y por el otro estaban los que se ubicaban en las tierras fiscales que pretendían llevar las instituciones y ser el centro sobre la ruta 14 y que el cruce a El Soberbio (cruce de las avenidas Libertador y Constitución) sea el centro de la ciudad.
El presente muestra que en San Vicente hubo lugar para las dos pretensiones. El crecimiento de San Vicente tiene al centro cívico de la ciudad alrededor de la plaza que marcó Ortmann y Tejeda -hoy Plaza San Martín-, con la Comisaría, la municipalidad, el correo, la iglesia católica, bancos y juzgados; mientras que la parte comercial está sobre lo que entonces era la ruta Nacional N° 14, hoy avenida Libertador.
Me la jugué
Ignacio Kleñuk fue uno de los que compró terrenos a la firma Ortmann y Tejeda. Pero no concretó la operación durante la fecha del loteo sino que fue antes, en Campo Grande, y sin conocer el lugar del que muchos hablaban. Contó que un día paró en el negocio de mi hermano, en Campo Grande, un señor de apellido Albracht, que se presentó vendiendo terrenos para un lugar que se llamaba o que lo llamaban San Vicente. Enseguida me entusiasmó la propuesta que me hizo y la forma de pago.
Agregó que miramos el plano y yo quería uno que estaba ubicado sobre la avenida Tejeda. Esa era la mejor referencia que me daba en ese entonces. Todavía era soltero y me jugué. Compré dos terrenos, hice una entrega de dinero y ellos me entregaron una libreta donde debían asentar los pagos que les hacía cada mes. Le dieron la opción a pagar en 20 años. Los últimos años no se compraba nada por el importe de la cuota. El vendedor me entusiasmó mostrando que el terreno que me ofrecía y que terminé comprando estaba entre la avenida y la plaza. Cuando vine a conocer el lugar en el que se encontraba mi propiedad, me encontré con un predio bastante desparejo. Pero no me importo porque estaba buscando algo nuevo donde ir a vivir. Vine acá y no me arrepiento de nada.
Llegué a la zona en 1967, aquí formé mi familia y acá establecí mi empresa. Estoy orgulloso y contento con mi pueblo y de la decisión que tomó por entonces.
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