Hola queridos amigos! En el escrito anterior mencioné la precesión de los equinoccios como otra de las muchas señales que el Universo, a través de la ciencia, nos hace reconocer de que este es el final de los tiempos, predicho por los Mayas, o la reunificación de los tiempos explicada en la ley del desdoblamiento de los tiempos, por Garnier Malet y hoy les daré otra nueva evidencia que constata la importancia del tiempo que está transcurriendo y la premura de que cambiemos nuestra manera de pensar hacia lo bueno y positivo. De que ocupemos todas las técnicas que tengamos a nuestro alcance, de las cuales algunas se las voy acercando semanalmente y la que hoy trataré es la Resonancia de Schuman, por lo que resumiré de qué se trata.
En la década de los 50, el Dr Schuman en Munich, Alemania, descubrió un efecto de resonancia en el sistema tierra-aire-ionósfera, hoy conocido como Resonancia Schuman. En física, a este efecto se le denomina onda transversal magnética. Se ha comprobado que estas ondas resonantes vibran en la misma frecuencia que las ondas cerebrales de los seres humanos y de todos los mamíferos en general, o sea 7,8Hz (ciclos por segundo).
Por primera vez en la historia humana dicha resonancia comenzó a subir, en junio de 2014 se consideró anómala la frecuencia de la resonancia de Schuman al comprobar que había subido a 15, luego a 25 y cuando en 2017 saltó a más de 30 y los monitores del sistema espacial ruso registraron este gran aumento, creyeron que su equipo estaba funcionando mal, pero más tarde descubrieron que los datos eran correctos.
La última medición que yo tengo conocimiento llegó a 36Hz. Vemos que la Tierra está cambiando su frecuencia vibratoria o sea que dicha frecuencia se está acelerando y el tiempo también y las personas se están dando cuenta de esta aceleración.
Se dice que la frecuencia de Schuman está en sintonía con las ondas alfa del cerebro humano y con los estados theta, por lo tanto esta aceleración se siente como si el tiempo se hubiera acelerado y los eventos y los cambios en nuestra vida ocurrieran con más rapidez. Esta aceleración puede hacer que nos sintamos a veces más cansados o con mareos o extraños, pero la adaptación a los cambios no es un proceso fácil, aunque lo que sí podemos decir es que es un proceso hermoso cuando nos damos cuenta de que estos son síntomas del despertar de nuestras conciencias, de nuestras potencialidades extraordinarias, por lo que empezaremos a entender el mecanismo de los procesos creativos, el de las intuiciones, el lenguaje de las coincidencias, mejoraremos nuestro potencial para la curación, la telepatía y todos nuestros talentos que están en estado emergente y por ahora todavía impredecibles, pero los iremos estabilizando con la práctica.
Cuando nos referimos a las explicaciones que desde la ciencia nos acercan a la espiritualidad, nos siguen pareciendo un poco distante, por eso hoy les acercaré las palabras de un personaje espiritual por excelencia, por todos conocido, de quién sus enseñanzas quedaron escritas y les sacaremos el polvo de los años para comprender con ojos nuevos este viejo entender y hoy específicamente quiero referirme al mecanismo de la creación que tan claramente nos dejó Jesús dentro de sus maravillosas enseñanzas y es el fundamento de todos los demás talentos que poseemos.
En Juan 20 (27-30), Jesús dice: Después dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo y mira mis manos; extiende tu mano y métela en mi costado. Deja de negar y cree.
Tomás exclamó: Tú eres mi Señor y mi Dios. Jesús replicó: Crees porque me has visto. ¡Felices los que no han visto, pero creen!.
Decodificaremos juntos este texto, que de tan obvio, lo repetimos sin comprender la joya oculta: el mecanismo de la creación.
Jesús se deja ver y tocar, en este caso por Tomás, o sea, deja que constate con sus manos lo que ven sus ojos, ocupando los sentidos del cuerpo para quitar las dudas y lo exhorta que deje la negación a que le lleva la duda, cualidades éstas, la duda y la negación, que de estar presentes, la Creación es imposible y le recrimina de que Tomás creyera luego de haberlo visto y tocado. Luego viene la frase enigmática, ya que se preguntarán ustedes, ¿por qué devendrían a ser felices aquellos que crean sin ver?
Jesús fue instruyendo y formando el espíritu de sus seguidores en verdad y pureza durante su andar por esta tierra, luego de su muerte, éstos quedaron desolados y todos los avances y logros en su camino espiritual se vieron derrumbados, hasta que al volver a ver a Jesús se les restituyen sus creencias y con ellas su poder para hacer milagros.
Sus seguidores de las generaciones posteriores a su estada en la Tierra, son instruidos directamente en sus corazones por el espíritu de Jesús, pueden llegar a tener visiones celestiales, pero no tienen la posibilidad de verlo físicamente y si aún así su creencia en todo lo que atañe a las cosas del espíritu, que no se ven con los ojos físicos, se mantiene intacta, seguro estos serán los felices hacedores de milagros, aquellos que harán cosas mayores que Él aún y por lo tanto Creadores no solo de sus realidades sino que en la medida que su creer se agigante, sus creaciones atañerán a más y con su ejemplo arrastrarán a multitudes a querer crear a conveniencia y en positivo en vez de por defecto. Es decir que por ignorar esto o por negarse a creer, creen lo que no desean, ya que por ley de atracción, atraerán el pensamiento que sostienen, igual atracción ocurre con las cosas que se temen, y todo esto último, solo por pensar en ello.
Esta expresión además es una afirmación y como tal está hecha en tiempo presente, puesto que si estaría ubicada en un futuro, en algún momento llegaría ese futuro, caducando la aseveración; en cambio, al estar en presente es eternamente viable, diciéndonos también que al hacer nuestras creaciones las debemos hacer en ese tiempo de verbo, ya que el presente es el único tiempo que existe en las cosas del Espíritu.
Por lo antedicho podemos ir desde ya extirpando de nuestro léxico mentadas frases como: ver para creer, pues para instalar una nueva creencia en nuestro inconsciente, debemos borrar primero las antiguas que la niegan y luego convengamos en autoconvencerneos de que: PORQUE CREO, VEO. Empecemos entonces a ver nuestras creaciones con la imaginación (que no se ve) creyendo en ellas, hasta que éstas precipiten en la materia (que se ve) tal cual nuestra creación previamente imaginada. Agradezcamos luego, porque hemos empezado a vivir la magia de la Creación consciente, felices de aplicar este conocimiento que Jesús nos dio, en nuestras vidas.
Mecanismo de la Creación:
1) no debe existir atisbo de duda, negación ni miedo
2) visualizo o imagino la imagen de mi deseo ya concretado en mi mente
3) creo fervientemente en su realización como un hecho ya realizado
4) agradezco
Colabora
Graciela
del Carmen
Zaimakis de Abraham
Escritora
Discussion about this post