Científicos del Centro de Investigaciones del Medioambiente de La Plata aseguraron que la Argentina ocupa el primer puesto en el mundo en la cantidad de uso de plaguicidas por habitante por año. Un informe difundido por investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) detalló que el glifosato es un herbicida de amplio espectro, desarrollado para la eliminación de hierbas y de arbustos y es absorbido por las hojas y no por las raíces.
El glifosato es una molécula muy pequeña que tiene la función de ser un herbicida generalista porque no discrimina, sino que mata todo aquello que sea verde a excepción de un organismo genéticamente modificado como la soja, el maíz o el algodón, indicó Damián Marino, doctor en Química del Centro de Investigaciones del Medioambiente (CIM), un organismo de doble dependencia UNLP-Conicet.
Marino agregó que con el tiempo algunas especies después de 20 años del uso de este compuesto comenzaron a hacerse resistentes, motivo por el cual decidió aumentarse la cantidad del químico por hectárea. En esa línea, el científico explicó que en los últimos 10 años entraron más de 1.000 millones de litros de glifosato.
Este número pone a la Argentina en el primer puesto a nivel mundial en la cantidad de uso de plaguicidas por habitante por año (10 litros de plaguicidas por habitante por año), dijo y detalló: En las distintas muestras ambientales que se toman en nuestro país, se puede ver que el glifosato ocupa entre el 80 o 90% de la carga total de plaguicidas de la muestra. El texto advierte que los argentinos tienen una exposición continua y sostenida a este compuesto y esto puede producir desde leucemia, distintos tipos de linfomas, patologías tiroideas, enfermedades cutáneas, y hasta daños genéticos.
Prohibición por ley
En la Legislatura misionera hay varios proyectos en análisis que tienen como fin prohibir el uso y comercialización del glifosato en todo el territorio, como asimismo de todos los agrotóxicos prohibidos a nivel nacional e internacional.
En los proyectos se solicita iniciar una campaña masiva de concientización sobre los efectos nocivos a la salud y el ambiente; al mismo tiempo que se promueve la aplicación de la Ley de Fomento a la Producción Agroecológica (Ley VIII-68) y se derogue la Ley XVI-31, conocida como Agrotóxicos.
El objetivo es evitar el contacto de las poblaciones de la ciudadanía con plaguicidas u otros químicos de naturaleza biocida que atenten contra su salud; prevenir patologías relacionadas directa o indirectamente con el uso de plaguicidas u otros químicos de naturaleza biocida y proteger la flora y fauna de la región así como la biodiversidad de nuestros bosques, parques y reservas naturales existentes, incluyendo sus recursos hídricos.
Entre los fundamentos, se pretende hacer un abordaje acerca de otros tipos biocidas que se utilizan a veces de manera más habitual de lo que corresponde y sin los cuidados o recaudos necesarios para su utilización, o que directamente por sus efectos nocivos para la salud humana debieran de prohibirse o plantearse controles mucho más estrictos para su utilización a fin de evitar dichas consecuencias nocivas.
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