Tiene 22 años y es hijo de un funcionario judicial de Jardín América. Fue demorado el último fin de semana al mando de un automóvil tras confirmarse que se encontraba inhabilitado para tal fin en razón de una condena por un grave hecho vial registrado años atrás en Puerto Rico.
Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, el acusado finalmente fue liberado, aunque se le inició una investigación que podría derivar en que la pena a siete meses de prisión en suspenso que recibió por aquel hecho se transforme en una condena de ejecución efectiva.
Todo comenzó el último fin de semana, cuando efectivos policiales realizaban un control de tránsito en Jardín América. Allí interceptaron al joven y descubrieron que pese a la inhabilitación especial dictaminada en diciembre último por el Juzgado Correccional y de Menores 1 de Puerto Rico, a cargo del magistrado Osvaldo Rubén Lunge, continuaba tras el volante.
Este Diario pudo saber que el joven fue sentenciado el martes 5 de diciembre de 2017 en Puerto Rico por un hecho registrado en esa localidad alrededor de las 6.30 del domingo 1º de junio de 2014.
Al decir del expediente, aquel día el joven conducía un Volkswagen Bora negro por la avenida San Martín. Al llegar a la intersección con la calle Uruguay, el joven giró de manera imprevista en U, maniobra que provocó que un motociclista impactara contra uno de los laterales del rodado mayor. Ante la llegada de la Policía, el automovilista se negó al alcohotest. El motociclista sufrió fractura de antebrazo izquierdo, de ambos miembros inferiores, de cúbito izquierdo y de cadera, heridas que le demandaron más de 40 días de curaciones.
El expediente se aprestaba a llegar a debate oral y público, pero en diciembre último el acusado aceptó su responsabilidad y firmó un juicio abreviado ante el juez Lunge, en el que aceptó una condena de siete meses de prisión en suspenso e inhabilitación especial para la conducción por dos años.
La sentencia fue notificada hace apenas meses, pero pese a aquello, el joven fue encontrado manejando. La situación causó indignación, sobre todo en virtud de que se trata del hijo de un conocido funcionario judicial de Jardín América. Ahora la Justicia tendrá la última palabra sobre si aquella pena en suspenso se transforma o no en efectiva.
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