Se acabó la espera y el reloj que hace meses nos decía que faltaban tantos días para el mundial llega hoy al final de la cuenta. Rusia 2018 se llevará buena parte de la atención de todos en un contexto en el que abunda el pesimismo por el rumbo que sigue tomando la economía a pesar de los múltiples llamados de atención de un Gobierno nacional que sigue montado en su arrogancia.
Entretenimiento y política van de la mano. El primero es una herramienta fundamental del segundo que hace de las suyas cuando la atención del gobernado está puesta en otro lado.
Por eso es fundamental que, más allá de seguir el avance de Argentina en Rusia 2018, se continue ejerciendo control social sobre los actos de Gobierno.
Porque los tiempos que atravesamos y los que se avecinan no traen buenas expectativas y es necesario entonces que el ajuste que nos reclaman a las provincias también lo haga la administración central.
Porque no es justo que mientras algunas provincias avancen con un duro recorte de salarios los ministerios de Cambiemos sigan siendo más que en cualquier gobierno anterior.
Porque es necesario que nos digan lo que van a hacer y, más importante todavía, que lo hagan y no minen de dudas un mercado que reacciona duramente cuando la política no emite señales claras.
Los argentinos andamos necesitados de buenas y mejores noticias y el mundial bien podría aportarlas de la mano de Messi y compañía. Pero también andamos urgidos de una mejor clase política que nos lleve a esos lugares que nos prometen cuando nos hablan de cambios y nuevas prácticas.
Que el inicio de esta aventura de un mes no signifique entonces el ocultamiento de datos e informaciones vitales para las familias que deben tomar decisiones en cuanto a sus gastos de aquí en adelante. Por lo demás… buena suerte Argentina!
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