Cuando estamos estresados y pasamos horas sin dormir se ven rápidamente los signos del cansancio en nuestra piel, con marcadas líneas de expresión, deshidratación, gestos desencajados, tensiones musculares, cutis gris, ojeras y falta de vitalidad.
Es por eso, que las cremas de noche están formuladas para actuar durante las horas del descanso.
Mientras que las cremas de día son hidratantes, los tratamientos nocturnos suelen tener compuestos reparadores, nutritivos, reafirmantes, antioxidantes, regeneradores y antiarrugas, que necesitan de más tiempo para surtir efecto.
A diferencia de las cremas de día que brindan beneficios inmediatos, los cosméticos nocturnos poseen activos que se liberan muy lentamente, lo que les permite actuar a profundidad.
Una de las principales funciones de los tratamientos nocturnos es la nutrición. Gracias a ellos la piel recibe sustancias de las que a veces carece, como vitaminas y antioxidantes, indispensables para la tersura y suavidad.
Respecto a las texturas, las cremas nocturnas suelen ser más untuosas, porque se incorporan mayores concentraciones de activos, que las hacen más pesadas.
Tratamiento nocturno
El primer paso en el tratamiento de belleza nocturno es higienizar correctamente la piel.
Se aplican toallas limpiadoras, geles o jabones que garanticen la eliminación completa de todos los restos de maquillaje y suciedad.
Con la piel ya limpia se aplican las cremas necesarias para cada tipo de piel.
La crema se esparce en rostro y cuello, masajeando ligeramente con la yema de los dedos.
Luego a dormir y disfrutar de un descanso reparador.
También es recomendable realizar una exfoliación semanal.
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