La cosmeceútica nos ayuda a tratar la falta de tonicidad de los senos. Con los tratamientos nutritivos y tonificantes de la piel sin interferir con las glándulas, es decir nuestro trabajo no representa ningún riesgo para la salud. Además amiga para que estés tranquila, los productos que utilizamos son elaborados a partir de plantas, oligoelementos (minerales necesarios para el desarrollo armónico celular).
Las mujeres desde muy temprana edad intentan resaltar los senos tratando de llegar a ser una de las partes destacadas de su cuerpo, de allí el auge de la Cirugía Plástica, gimnasios, ropa interior con rellenos, etc. Las pacientes acuden al gabinete para tratamientos reafirmantes y modeladores sin hormonas.
El tratamiento se inicia al séptimo día de concluida la menstruación o cinco días antes. Lógicamente arrancamos con el diagnóstico, con la paciente de pié con las manos sobre la cabeza para poder realizar movimientos profundos y circulares con los dedos. Comenzamos desde el lateral externo del seno hacia el centro, luego desde el surco mamario hacia arriba del busto hacia la areola.
También recorremos las axilas con los mismos movimientos y nos dirigimos hacia la mama propiamente dicha. Observamos si son iguales en tamaño y si están a igual distancia de los hombros.
Si detectamos alguna dureza (nódulos) derivamos al ginecólogo quien indicará si podemos o no realizar tratamientos estéticos. Si contamos con su autorización procederemos a realizar nuestro trabajo: higiene de antebrazo, escote, cuello y busto, cubrimos las areolas. Realizamos una dermoabración, enjuagamos las zonas, colocamos lociones reafirmantes como elastina, colágeno, cremas tensoras, máscaras, etc.
En algunas sesiones utilizamos aparatología como el revitalizador celular que ayuda a la formación de células nuevas. También usamos alta frecuencia con el electrodo de vidrio en forma curvada, luego realizamos diferentes maniobras de masofilaxia y terminamos con una máscara tensora.
Todas queremos un busto firme, de buen tamaño y con buena forma por eso también estimulamos el músculo pectoral. En síntesis amiga, con nuestro tratamiento mejoramos la circulación sanguínea, favorecemos el drenaje de las toxinas, promovemos la reproducción fibrilar, suavizamos e hidratamos la epidermis. La frecuencia debe ser de una o dos veces por semana durante dos meses.
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