El jueves, el mundo celebrará una nueva edición del Día Internacional del Yoga. Una disciplina con más de cinco mil años de historia y con un intenso recorrido que inició en las montañas de la India antigua, hasta diseminarse por todo el planeta.Actualmente, la palabra Yoga resuena con soltura en la ciencia occidental y no son pocos los médicos y psicólogos que la recomiendan como herramienta terapéutica de aplicaciones múltiples.
En nuestra provincia, María Rosi Bonifacia del Rosario Velozo y su hijo Guido Laureano Melot, profesores y formadores de yoga internacional, son dos de los referentes que aseguran que esta disciplina se tornó una práctica corporal que exige posturas dinámicas, para nada estáticas, con cierta dosis de control mental. Porque en nuestra sociedad funciona lo variado, el movimiento y no lo estático, puntualiza Rosi. Y ejercitada regularmente tiene una indudable eficacia antiestrés y flexibiliza el cuerpo. Pero esas son apenas dos de las múltiples caras del yoga, que también es filosofía, cosmovisión y propuesta de introspección espiritual.
Para Guido se trata de un estilo de vida, con 39 años explica que desde hace unos 30 acompaña a su madre en esta práctica física, mental y espiritual. Es decir, crecí con el Yoga. Y desde hace más de diez años dicto clases. Aunque al principio me preguntaba ¿qué hacen? ¿de qué se trata el yoga? porque eran posturas estáticas y eso fue modificándose.
Por eso cuando se le pregunta ¿qué es yoga? Guido no tarda en responder: es unión. Y no hay duda de que este dúo es ejemplo sólido de esta ciencia porque nosotros compartimos esto, es lo que logramos con el yoga, una práctica que trae la armonía a todo.
Actualmente son más de veinte las personas, de entre 23 y 65 años, que asisten a los talleres de los Velozo-Melot. En su mayoría con dolores en la columna y los médicos le recomiendan que practiquen yoga o natación.
Pero también están los que llegan con problemas de insomnio y como se trabaja lo físico y la relajación encuentran una solución.
Sobre los ejercicios, Rosi contó que se tienen en cuenta las distintas dificultades que acarrea la persona y en base a ello organizamos la clase para que se beneficien con las actividades.
Dentro de la amplia gama de practicantes hay jóvenes no videntes y con dificultades motrices. Porque el yoga es una disciplina que ayuda a buscar la armonización de tu interior, te ayuda a superar muchos conflictos. Si pasás por sobre muchas piedras es difícil sin un amortiguador, el yoga hace que el camino sea más suave, resumió Guido.
Rosi agregó que además funciona como freno a la edad, porque quienes práctican no envejecen tan rápido. Es decir, a partir de que vivís el yoga te llena de energía y vitalidad.
Existen estudios científicos que avalan la eficacia de esta práctica milenaria para controlar el dolor, el estrés, la hipertensión y la diabetes; también para doblegar contracturas musculares o mejorar la capacidad respiratoria de las personas asmáticas y recuperar el equilibrio mental.
¿A qué se debe tanta popularidad? te doy dos ejemplos concretos, puntualizó Rosi y continuó cuando comencé tenía problemas con mi columna, una de las vertebras siempre se desviaba y tenía dolor en la espalda. El yoga me ayudó, primero a atenuar esa molestia hasta que en un momento esa vertebra volvió a su eje, el dolor desapareció. Otro ejemplo, como consecuencia de los partos tuve un prolapso y hace un tiempo me hice los estudios y el prolapso ha desaparecido. Pero esos son algunos de los beneficios, porque es mucho más amplio.
En resumen, ambos profesionales coinciden que se trata de una disciplina que sirve para prevenir, corregir y en algunos casos hasta curar dolencias.
Pero principalmente sirve para armonizar y para tener una vida más sana y equilibrada que lo que buscamos la mayoría de los seres humanos, vivir con energía y de forma equilibrada.
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