El amor se multiplica, se expande, deja de tener rótulos, nos libera y sostiene.
Con el tiempo uno comienza a percibir que hay algo que está por detrás, que subyace en todo y además lo sostiene, está, pulsa fuera y dentro también.
Con el tiempo vamos perdiendo el miedo y dejamos caer las estructuras. Ya no necesitamos limitaciones y barreras que nos protejan, solo nos permitimos ser
Con el tiempo, sí, con el tiempo
porque quizás tenemos que llorar muchas lágrimas para poder entender que las barreras solamente nos las ponemos nosotros
por miedo.
Con el tiempo aprendemos a amar incondicionalmente, como madre, como hija, como abuela, como esposa, amiga, vecina
Nos damos cuenta que el amor es solo uno, en sus distintas manifestaciones
solo uno.
El amor es una energía de conexión, es lo que anima, subyace, une, expande, multiplica, hace crecer y crea.
Solo podemos comprenderlo cuando nos rendimos ante el con total humildad. Al abrimos y permitir que nos habite, deja salir todo lo que no es amor. No es fácil, hay una voz que nos alerta de lo vulnerables que podemos ser, de lo expuestos que quedaremos sin nuestras barreras
por eso digo
Con el tiempo y solo con el tiempo podemos sentir que es el amor que nos lleva de la mano y no nos suelta hasta que lo reconocemos como el único sentir verdadero por el cual vale la pena atravesar todos los obstáculos. Una vez que lo reconocemos siempre tenemos el anhelo de volver a estar en él
. y así con el tiempo solo con el tiempo nos permitimos dejar caer todos los rótulos que nos separan de lo que es el amor.
Hablo del amor del bueno, ese que integra, que libera, el que no es posesivo, el que respeta, ese con el que solamente nos podemos conectar después de haber unido los opuestos en nosotros
. Con el tiempo solo con el tiempo ese amor es el que comienza a vivir en nuestro ser porque es uno con todo.
Colabora
Patricia Couceiro
Consteladora
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