El 20 de junio, miles de niños de nuestra Patria harán su tradicional Promesa de Lealtad a la Bandera Nacional. Es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de un sano sentimiento patriótico que fortalezca nuestra pertenencia a la Nación que compartimos.
Este año de manera especial la celebración de este día tiene un nuevo festejo con el Mundial que estamos viviendo a pleno. El verdadero patriotismo es el sentimiento que une a las personas a su tierra natal o adoptiva con sus valores, cultura, historia y afectos.
Amar a la Patria no es sólo un compromiso sino también un verdadero deber. Es velar por el bienestar de todos, cuidar los recursos naturales, apoyarnos mutuamente buscando el bien común, colaborando para hacer más digno nuestro barrio, amando nuestro pueblo o ciudad, conociendo nuestra historia, sintiendo orgullo por nuestra cultura tratando de conservarla dándola a conocer; cumpliendo con responsabilidad lo que nos toca hacer para el bien de los demás, siendo respetuosos de nuestros símbolos patrios.
El verdadero amor patriótico debe transcender el sentimiento que nos une e impulsarnos hacia el compromiso de seguir construyendo la nación, basada en los valores que pregonamos: la lealtad y fidelidad a las causas de la Patria que nos brinda toda su riqueza, la protección mutua que hemos de lograr sin dejar el cuidado de cada miembro de la nación sólo en los agentes que se ocupan de nuestra seguridad, para hacer una nación fraterna y libre para todos los ciudadanos que habitan en ella.
Más de una vez anida en nosotros un fuerte sentimiento patriótico que nos lleva a dar la vida por nuestra Patria, que es un gran valor que hemos de realzar. Prometer lealtad a la bandera es un gesto noble que reafirma las causas de la nación. Hoy entregar la vida es seguir trabajando con esfuerzo para un país que necesita liberarse de tantas esclavitudes como la crisis económica, la pobreza, la desocupación. Es un llamado a ser leales y comprometernos a continuar batallando en lugar de quedarnos en la comodidad de la crítica y la protesta.
El sentimiento patriótico se hace realidad cuando en lugar de escudarme en inútiles discursos sobre los males que nos rodean y apostar a la pasividad, me esfuerzo por dar un paso desde la creatividad y la responsabilidad que nos toca a cada ciudadano. Es el compromiso a ofrecer mi aporte a la nación.
En las escuelas es la promesa de asumir el reto de seguir formándonos para la vida, buscando ser protagonistas de la nación que nos está educando, con aciertos y desaciertos. Es una oportunidad para seguir afianzando los valores que necesitamos como nación. Es tomar consciencia de la gran comunidad que somos y la misión que tenemos al compartir la vida desde el respeto, la honestidad y apostando siempre al bien común.
Pero somos los adultos los responsables de inculcar a nuestros niños los valores patrióticos a partir de nuestro valioso testimonio de vida: trabajo honesto, conducta ejemplar, modales apropiados, respeto a las normas y costumbres, desterrando por completo la creencia de que poco sirve tener una actitud recta cuando es posible conseguir con la trampa, el abuso y la pereza. El verdadero patriota puede quejarse de su nación observando su errores y deficiencias, pero al mismo tiempo busca y propone alternativas válidas para engrandecerla.
¡Que este Día de la Bandera que celebramos, sea una oportunidad para comprometernos con los grandes ideales de nuestra querida Argentina! Será el único modo que nuestra nación alcance la grandeza de una Patria libre y soberana, cobijando a todos sus hijos por igual.
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