El uso de la ayuda social continúa generando muchas dudas sobre su destino final.El hambre se extiende en la tierra colorada y son cada vez más los misioneros que asisten a los comedores y merenderos para conseguir algo para comer. Los intendentes no saben cómo hacer para mantener la alta demanda que tienen estos espacios sociales. Sin embargo, el uso de la ayuda social sigue generando muchas dudas sobre su destino final: asistencia o clientelismo.
La publicación del pasado domingo de una descarga, al menos, de mercaderías remitidas por Desarrollo Social de un local sin distintivo alguno desató otro escándalo. Esta vez, porque el propio delegado de la cartera social en Misiones, Ricardo Zacarías y el del PAMI, Rolando Rubleski fueron filmados y fotografiados en medio del operativo descarga. Como también aparecen móviles de ambas reparticiones estacionados sobre la calle.
Es que el camión, según remito presentado ante Rentas de la provincia para pasar los controles de la Aduana Paralela, tenía como destino a los tareferos de Oberá. Y nadie puede explicar qué uso tiene el local donde se descargó sin llegar a su objetivo original.
La falta de transparencia sigue vigente sin importar quién gobierne. Y quienes aseguraron que ingresaban a la gestión con el fin de transparentar, tampoco lo hicieron.
Suena curioso y hasta lamentable negar la realidad vinculada a esos miles de pesos en mercaderías que no fueron a parar a la casa de los trabajadores rurales.
Por ello, tareferos de Oberá se pusieron a gestionar y reclamar al Ministerio de Carolina Stanley que los recursos que llegan a nombre de los integrantes del eslabón más fino de la cadena yerbatera, terminen en las manos de este grupo de necesitados y muchas veces olvidados por el Estado, en lugar de engrosar los repartos de organizaciones más vinculadas a los intereses político-partidarios en alguna campaña electoral.
Discussion about this post