Eduardo Yoni García (32) cayó disfrazado de sacerdote junto a su padre, declarado en rebeldía. Llevaban 47 kilos de marihuana.
Del cielo al infierno. Así fue el giro que dio la vida del misionero Eduardo Yoni García?(32) aquel mediodía de 2015. Disfrazado de sacerdote católico, intentó cruzar un control de Gendarmería con 47 kilogramos de marihuana, pero los uniformados lo descubrieron. Ayer, finalmente, confesó y aceptó cuatro años y medio de cárcel.
Fue tras un acuerdo entre la defensa del oriundo de Puerto Iguazú y la Fiscalía ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Corrientes, que debía juzgarlo próximamente por transporte de estupefacientes, según pudo saber PRIMERA?EDICIÓN.
Su padre, también imputado en la causa, aprovechó una excarcelación para no volver a presentarse ante la Justicia. Actualmente se encuentra prófugo, en situación de rebeldía.
Tal como en su momento informó este matutino, García cayó alrededor de las 12.45 de lunes 27 de julio de 2015 sobre el kilómetro 536 de la ruta nacional 14, cerca de Tapebicuá, donde efectivos de Gendarmería Nacional realizaban un control rutinario.
Ambos iban vestidos con atuendos habitualmente utilizados por sacerdotes del rito católico, reza el expediente. El vehículo era guiado por Gerardo García, actualmente prófugo, y su hijo, el misionero Eduardo Yoni. Se trataba de un Renault Logan color champaña.
Durante una primera requisa, los efectivos de Gendarmería notaron libros de tapa azul con la leyenda Nuevo Testamento. Sin embargo, eso no fue lo único que les llamó la atención: cuando le pidieron a los supuestos sacerdotes que abrieran el baúl, notaron que en el sector de la cerradura había una soldadura reciente. Y había más. En las puertas traseras había pegamento reciente y los cristales no bajaban por completo.
Curiosamente, en medio del procedimiento y cuando se revisaba el vehículo, Gerardo García ascendió al rodado y emprendió la fuga, quedando el acompañante en el lugar del control, es decir, su hijo. Sin embargo, a los pocos metros fue nuevamente detenido y trasladado de regreso al retén.
Así las cosas, los gendarmes finalmente incautaron 19 panes de marihuana en la puerta delantera derecha, 22 en la puerta trasera del mismo lado, 18 en la puerta trasera izquierda y 11 en la puerta del chofer. En total, se secuestraron 47 kilogramos.
Acorralado por ser apresado en flagrancia, Eduardo García resolvió confesar y aceptar una condena a 4 años y 6 meses que se materializó ayer. Sobre su padre, misterio: no se sabe nada de su paradero.
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