Cuando una persona sentencia que es difícil conseguir tal meta, es porque desde su observador y la persona que está siendo no puede ver o encontrar posibilidades, opciones o soluciones. Esto no es evidencia de que realmente no se puede realizar tal o cual meta sino que esta persona no puede ver cómo lograrlo, quizás muchas otras sí lo logran y mucho más. Todos tenemos habilidades para realizar casi cualquier cosa, excepto que quieras ser un cantante de ópera y la voz que tienes no sea la indicada, fuera de algunos ejemplos podemos lograr todo lo que nos propongamos y sobrellevar cualquier situación que nos suceda. Todo tiene que ver con la forma en la que observamos y las conversaciones que tenemos internamente con nosotros mismos, las preguntas que nos hacemos frente a los hechos. Hay preguntas que nos llevan a generar círculos sin salida, son las que no nos permiten abrir el panorama y nos mantienen estancados, víctimas de lo que nos sucede, una de esas preguntas es la del ¿Por qué? ¿Por qué me sucede esto?, ¿por qué no puedo hacer lo otro?, ¿por qué tengo que ir?, ¿por qué no gano mejor?, ¿por qué mi pareja está mal?, ¿por qué mis hijos no me hacen caso?, ¿por qué mi jefe me maltrata?, ¿por qué me siento depresivo? y tantas preguntas más de este estilo. Este tipo de preguntas que surgen a diario son las que nos convierten en víctima y donde buscamos una respuesta es afuera, porque si la hacemos está claro que es porque no conocemos la respuesta en nosotros mismos. Preguntar ¿por qué? es como esperar que alguien resuelva, entienda, mejore o solucione lo que sucede. Quedamos estancados dando vueltas en la situación o problema sin salida, sin involucrarnos, en total estado de victimización.En cambio preguntas como: ¿para qué? Ya me abren un campo de posibilidades donde necesitamos ponernos en acción, gestionar y tramitar lo que sea necesario. ¿Para qué me sucede esto? ¿Para aprender qué? ¿Para que entienda qué cosa? El “para qué” abre puertas, los “por qué” las cierran. El “para qué” también puede ayudarte a ver lo que estás haciendo y dejar de actuar en automático sin darte cuenta lo que vas creando y generando muchas veces sin saber. ¿Para qué hago lo que hago? ¿Para qué digo lo que digo? ¿Para qué voy a donde voy?Otra pregunta poderosa es ¿cómo puedo? ¿Cómo puedo salir de esta situación?, ¿cómo puedo cambiar de trabajo?, ¿cómo puedo hacer que me respeten?, ¿cómo puedo generar más dinero?, ¿cómo puedo tener más relaciones sanas?, ¿cómo puedo sentirme mejor? A veces lo que no vemos o no entendemos y que nos angustia necesita que lo miremos de una manera distinta, verlo desde un ángulo distinto y cambiando las preguntas sobre ello ayuda muchísimo a salir airosos, rápidamente de cualquier situación. Obsérvate y pregunta distinto.ColaboraNatalia de las NievesCoach y Terapeuta MotivacionalEn Facebook: RincónDe Luz y Bienestar3764-4366593
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