A pocos días de realizarse en esta ciudad el Primer Simposio Regional de Leishmaniasis Canina, organizado por el Consejo Profesional de Médicos Veterinarios de la Provincia de Misiones, donde participaron 250 veterinarios de Paraguay, Corrientes, Chaco, Formosa, Entre Ríos y Misiones, PRIMERA EDICIÓN entrevistó al presidente del Consejo Profesional de Veterinarios de la provincia, Alberto Zuchino. Durante la charla, este profesional repasó lo ocurrido desde que en el 2006 se detectara en Posadas el primer caso autóctono de esta enfermedad parasitaria del país. El profesional aconsejó a la población qué hacer si se diagnostica a la mascota familiar con leishmaniasis. ¿El simposio se organizó para consensuar conceptos y prácticas? Lo que pretendíamos era volver a repasar todos los conceptos que se trataron desde el primer caso canino autóctono confirmado en el 2006 en Posadas, por el veterinario Octavio Estévez que, además de ser un estudioso de estos temas, cuenta con la colaboración de su esposa, investigadora en el área de citología y exámenes anátomo- patológicos, Cecilia Nevot. Todo eso ayudó mucho a que los veterinarios nos encolumnáramos para tratar de encontrar solución a ésto, sin que esto implique necesariamente la muerte de los animales. En un primer momento, desde Salud Pública recomendaron el sacrificio de los perros enfermos…En los primeros años, la intención de las autoridades de Salud Pública era eliminar a todos los perros enfermos porque se creía que era la forma de erradicar la enfermedad, cuando en realidad, por lo que nosotros habíamos investigado esa no era la solución porque no funcionó en los países que lo aplicaron. El primer tiempo desaparecen los casos y luego vuelven a aparecer porque sigue estando el transmisor del parásito que es el mosquito. Es cierto que el mosquito prefiere al perro pero, sacando el perro del medio, pica a otros reservorios (animales como gatos, libres, conejos, comadrejas… que acá tenemos muchas) o al hombre. ¿Hay tratamiento hoy para los perros? Sí, hay tratamiento. Lo que aceptaron Salud Pública y el Senasa es la posibilidad de trata a los perros con una droga que se llama Allopurinol que provoca una modificación en el ciclo del parásito y no lo deja reproducirse. Esa acción hace que disminuya la carga del parásito en sangre. Si esto va asociado a un repelente permanente en el animal, hay bajísimas probabilidades de contagio. La leishmaniasis es una enfermedad tratable y controlable, no necesariamente provoca la muerte del animal. Los veterinarios no usamos las drogas que se usan para tratar la leishmaniasis en los seres humanos. ¿El perro tratado vive muchos años?Desde los primeros diagnósticos en perros, en 2006, ya casi no quedan perros de esa época salvo unos pocos cachorros que se enfermaron en esa época. La mayoría transcurrieron 7 u 8 años con la enfermedad. Yo atendí hasta hace muy poquito a un perro que vivió 8 años con leishmaniasis y se murió de otra cosa, de una cardiopatía. Se murió con leishmaniasis, no de leishmaniasis. Todos podemos convivir con una patología crónica, controlándonos. ¿Y los referentes extranjeros comparten postura con ustedes?Nuestra postura coincide con el mayor referente europeo, quien estuvo en el simposio, el italiano Gaetano Oliva; con el referente brasileño Fabio Dos Santos Nogueira; el referente de Paraguay Antonio Rodríguez. Este simposio nos permitió confirmar que nuestro pensamiento no era errado: si tratamos a nuestros perros con responsabilidad, no es necesario matarlos aunque tengan leishmaniasis. Por supuesto, que son los dueños de los perros quienes tienen la última palabra y los veterinarios acompañamos la decisión que tomen. Una cosa está clara: el perro con leishmaniasis no puede quedar sin tratamiento, o se lo trata responsablemente o se lo sacrifica. ¿Y qué hacemos con los perros callejeros?El perro de la calle no puede estar en tratamiento en la vía pública porque ese perro no tiene un tenedor responsable… a veces muchos vecinos voluntariosos le dan de comer y algunos hasta se animan a bañarlo, pero hasta ahí llegan. Y el Estado tampoco puede hacerse cargo del tratamiento responsable de esos perros, por eso, en esos casos, son sacrificados. ¿Y la población asumió el rol de tenedor responsable?Creo que la gente cambió mucho la mentalidad. Hay que destacar también que todos los sectores: los ciudadanos, Salud Pública, Municipalidad, todos nos pusimos las pilas para funcionar mejor… y la verdad es que está mejorando aunque, por supuesto, hay muchas cosas para corregir. ¿Una de esas cosas a corregir es la falta de reactivos para hacer los diagnósticos a los perros en el sector público? Porque esos reactivos no están autorizados por la Anmat…Es cierto. Esto viene pasando hace varios años y nosotros (los veterinarios) no encontramos la manera de resolver, como privados no lo podemos absorber. El Estado es el que tiene las herramientas para resolver porque el Senasa y la Anmat son parte del Estado. A veces guiados por recomendación de la OMS, se toman pautas que están muy alejadas de la realidad. Por ello, en el ámbito público muchas veces se llega al diagnóstico de leishmaniasis cuando las lesiones son muy evidentes y a lo mejor ese perro estuvo conviviendo dos o tres años con la familia en esas condiciones. Además, muchas veces la gente confunde la peladura, con las lesiones de la famosa caracha o sarna… a lo mejor el perro tenía un montón de pulgas y se lastimó, o era lo otro, leishmaniasis. ¿Cómo se diagnostica este parásito en perros?El diagnóstico es fundamental. En Europa y Brasil, donde están mucho más adelantados que nosotros, tienen otros médicos diagnósticos. Nosotros contamos con RK39 que es el análisis de la tira reactiva y la citología que es la contundente (se hace una punción y se saca una pequeña muestra de tejido, piel, ganglios y médula ósea y se analiza en microscopio. Si se ve un sólo parásito, significa enfermedad). Con la tira reactiva puede pasar que no estén los anticuerpos suficientes y entonces te puede dar falsos negativos o resultados no muy claros… y eso hace que se tenga que repetir el estudio en otro momento. Y las tiras de RK39 son costosas porque son importadas. ¿Por qué el Estado no hace entonces los diagnósticos por citología? Porque es mucho más engorroso y lleva más tiempo, pues hay que tomar muestras. Pero la verdad es que sacrificar un animal con una hipótesis o información dudosa no está muy bien. En el sector privado, los veterinarios recomendamos el diagnóstico por citología. Si da positivo, no hay vueltas que darle. Éste estudio no da falsos negativos, salvo que el veterinario no encuentre los parásitos. Cuando eso sucede y el perro tiene síntomas, se recomienda repetir la prueba. Las cuestiones médicas no son exactas. ¿Cuántos perros se diagnosticaron con leishmaniasis desde el 2006 a la fecha?No hay una estadí
;stica clara. Hay información que se fue perdiendo, en una época se remitía a Salud Pública… pero hay que recordar que hubo una campaña un poco sucia que asustó a la gente de que si daba datos después le quitarían el perro. Y entonces la gente no quería que se hiciera ningún informe. Los veterinarios informábamos con los datos del paciente (perro) y sólo el nombre de pila del dueño… no estaba bien eso, pero era una información parcial que se daba de ese modo por temor a que se obligara al sacrificio de los perros. Fue esa época en que la vicegobernadora hizo declaraciones muy fuertes: dijo que había 107 mil perros en Posadas y que había que sacrificar a todos. Más allá de eso, los primeros años que siguieron al 2006 se diagnosticaron muchos casos de leishmaniasis. Al principio el diagnóstico lo hacía solo Octavio Estévez y después fuimos aprendiendo a hacerlo todos los otros veterinarios. Precisamente, el promotor de este simposio fue el propio Octavio con el propósito de brindar información a los nuevos colegas que se sumaron en el 2009 a la actualidad al campo laboral y que no vivieron esa cuestión, sólo la escucharon de oído. Por eso, ya está decidido hacer un segundo simposio, posiblemente en uno o dos años. Incluso, existe la posibilidad que sea en otra provincia. ¿Entonces no tenemos datos para dimensionar cuánto afectó este parásito a la población canina de Posadas?Si bien no tenemos un registro exacto, podemos hablar de miles de perros enfermos. Contabilizamos hasta los 2 mil y pico y después se perdió información porque coexistían información de la Municipalidad, el Ministerio de Salud Pública y los privados. Un trabajo que hizo Octavio Estévez con Cecilia Nevot reportó 800 perros positivos de 1000 sospechosos estudiados.¿Por qué hablan de leishmaniasis y no leishmaniasis? Las dos acepciones son válidas. Pero la nomenclatura en humanos es leishmaniasis y leishmaniosis en perros, de modo tal de interpretar en forma rápida si el paciente es humano o animal. Esta terminología se está utilizando en Europa y ahora también se empezó a usar en el resto del mundo. Después de aquel primer diagnóstico le siguieron cientos y cientos en toda la provincia… ¿podemos decir que el parásito fue avanzando hacia el interior?Después de Posadas, los diagnósticos fueron en cascada y casi en simultáneo en toda la provincia. Evidentemente había perros enfermos en Misiones pero no nos dábamos cuenta. Aparecieron en Oberá, Eldorado… las ciudades más grandes, con más veterinarios, después en el resto de la provincia. Es que a partir de ese primer hallazgo que fue seguido de muchas reuniones en el consejo profesional veterinario, todos nos pusimos a la par de Estévez para tratar de entender mejor, aprender a buscar la enfermedad, porque hasta ese momento nadie la buscaba. En la actualidad, ya se diagnosticaron perros con leishmaniasis en Corrientes, Formosa, Chaco, y en Concordia (Entre Ríos) se diagnosticaron 14 casos seguidos este año y ellos están alarmados y por eso vinieron al simposio a nutrirse de información. ¿Son eficaces los repelentes para evitar la picadura del mosquito? Sí, pero deben ser usados correctamente para que sean eficaces. No es echarlo en cualquier parte, si el perro lame el producto puede hacerle mal, resultarle tóxico o reaccionar la piel. Las pipetas deben respetar cierto tiempo de baño, algunas permiten 24 horas y otras no. La eficiencia de los collares va del 78 al 85% pero, además, debe estar colocado correctamente porque no puede estar muy flojo porque no permite fricción que es el mecanismo de liberación de la droga (calor corporal y fricción contra el pelo). ¿En la actualidad, se mantiene la cantidad de diagnósticos nuevos?Seguimos encontrando muchos sospechosos, pero creo que menos positivos. En mi caso, quizás por la zona donde trabajo (centro de Posadas) los casos positivos mermaron. Pero sé que otros colegas mantienen un número alto de casos. Aún así, creo que si promediamos los diagnósticos positivos que hacemos las veterinarias de Posadas, podemos hablar de una disminución.
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