El ministro de Desarrollo Social provincial, Lisandro Benmaor, presentó una denuncia policial contra algunos responsables de comedores vecinales y merenderos de esta ciudad “por amenazas” y conductas intimidantes contra él y trabajadores de ese Ministerio, en el marco de una auditoría externa que reveló serias irregularidades en el destino de las mercaderías y alimentos frescos que reciben estos comedores.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Benmaor contó que “tenemos audios de amenazas y chantajes como para hacer dulce de leche. Todo comenzó con un relevamiento que realizamos con una auditoría privada de los comedores y merenderos de Posadas que nos mostró números alarmantes: sólo en estos últimos diez días, de los 20 merenderos relevados, apenas uno estaba trabajando”.
Esta auditoría se lleva adelante desde hace varias semanas y, según confirmó Benmaor, la idea es continuar esta instancia de control y supervisión. “Con la información en la mano sobre el funcionamiento de los merenderos y comedores, empezamos a cortar las provistas a aquellos que no estaban cocinando para los vecinos y de inmediato comenzaron las amenazas de que quemarán nuestras casas y autos. Envían fotos de las casas del equipo de Desarrollo Social para que sepamos que conocen donde vivimos, incluso amenazaron a nuestro equipo de trabajo de Nutrición que son chicas que van a los diferentes comedores a hacer el control de peso y talla”, indicó.
“Tenemos audios de amenazas y chantajes como para hacer dulce de leche. Todo comenzó con un relevamiento que realizamos con una auditoría privada de los comedores y merenderos de Posadas que nos mostró números alarmantes: sólo en estos últimos diez días, de los 20 merenderos relevados, apenas uno estaba trabajando”.
Benmaor adjudicó estas amenazas “a los dueños de los comedores” y se animó a hablar de “una mafia de los comedores” y advirtió que muchos de los responsables “tienen un prontuario judicial y penal frondoso”. Para el Ministro, algunos utilizan a los comedores para su beneficio personal y comercial, “hay hermanos que son tan buenos samaritanos que todos tienen asociaciones, cada uno con diferentes nombres”, ironizó.
Desvío de mercaderías
En la actualidad, el Ministerio de Desarrollo Social asiste con alimentos a través de dos sistemas paralelos: por un lado tiene tres cocinas centralizadas, donde se prepara la comida que luego se distribuye a la mayoría de los comedores vecinales; y por otro, continúa enviando alimentos secos y frescos a algunos comedores que sostienen su propia cocina. Estos últimos son los que están bajo la lupa de la auditoría.
“Las irregularidades las estamos detectando en los comedores y merenderos no centralizados de Posadas, que son los que reciben mercaderías semanal o mensualmente, dependiendo de cada caso. Se les suministra pollo, carne vacuna, frutas, verduras, panificados y víveres secos. Por lo que hemos detectado, algunos de estos comedores y merenderos venden estas mercaderías a comercios, incluso tenemos identificado algunos lugares de ventas sospechosos. Pero la verdad es que nosotros no contamos con el personal y la logística para hacer este tipo de relevamiento; por eso pedimos a la gente que denuncie”, solicitó Benmaor.
“Seguimos asistiendo a los que trabajan con normalidad”
Tras iniciar la auditoría, Desarrollo Social decidió suspender el envío de mercaderías a algunos comedores y en otros disminuyeron la cantidad de alimentos “porque en las listas que nos pasaron figuraba que tenían una cantidad específica de comensales y los reales -según reveló la auditoría- eran mucho menos”.
Según aseguró el funcionario “seguimos asistiendo a los que trabajan con normalidad porque, hay que decirlo, también hay comedores y merenderos donde se cocina todos los días para las personas que allí van a comer”. Recordó Benmaor, “al principio de la gestión detectamos cinco comedores truchos, porque no estaban cocinando, y los cortamos de inmediato, sin hacer denuncias. Ahora, con esta auditoría, cortaremos el suministro de mercaderías a todos los que no estén funcionando como corresponde”.
Consultado acerca de los comedores más cuestionados, señaló que la mayoría tienen una década o más de historia, “incluso supimos del patrimonio de algunos de los jefes de los merenderos y son bastantes abultados”.
En este contexto, admitió que evalúan la posibilidad de sostener sólo el sistema de cocina centralizada, “es mucho más difícil que alguien venda un plato de comida que una caja de leche o un kilo de carne”, argumentó, “lo que queremos es que la comida llegue a quienes más lo necesitan y no sea un negocio para unos pocos”.