“No aparezcas por casa, no vengas…”, fueron las últimas palabras del mecánico Aldo Andrés Cantero (31) a su esposa antes de ser ejecutado de cuatro tiros minutos antes de las 20 del domingo en una chacra de esta localidad.
Los cuatro estampidos estallaron, tal como lo adelantó ayer en exclusiva PRIMERA EDICIÓN, también en el parlante del teléfono celular de su pareja de 25 años que disfrutaba, junto a su hijo, de un festejo por del Día del Niño en el barrio Fiscal de Gobernador Roca.
Desesperada recurrió a la policía y se descubrió el dantesco escenario de un asesinato a balazos, pero uno de ellos con un mensaje marcado por la violencia mafiosa: directo en la boca y que le destrozó la mayoría de los dientes.
La marca de un ajuste de cuentas quedó estampada con los demás proyectiles, uno en el cráneo, otro que le atravesó el pecho de derecha a izquierda y el restante en la pierna derecha que dañó la arteria femoral y aseguró el deceso en pocos segundos por la rápida pérdida de sangre.
Investigadores de la Dirección de Homicidios y de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC) montaron en pocos minutos su trabajo detrás de pistas sobre posibles móviles del asesinato y principalmente sospechosos de haberlo cometido.
La presencia para comandar allanamientos y operativos del juez de Instrucción 7, de la Primera Circunscripción Judicial, Carlos Giménez, y los cien efectivos de distintas divisiones de la Unidad Regional IX de Jardín América, entre ellos Investigaciones y Toxicomanía, conformó un amplio procedimiento que guardaba una sorpresa.
La noche y madrugada fueron frías pero no de poca intensidad para los investigadores, tras las pericias al cadáver y posterior traslado a la Morgue Judicial de Posadas, se encontró en un galpón aledaño una camioneta Ford Ranger con patente falsa y con la doble cabina acondicionada para el tráfico de bultos de estupefacientes como también para cigarrillos de fabricación paraguaya.

La Ranger totalmente negra (incluye vidrios) doble tracción, habría sido utilizada por las noches para transportar cargamentos que canoeros o paseros narcos esconden en la orilla del río Paraná y son acopiados luego, como en este caso, en propiedades próximas a la ruta nacional 12. Para mayor precisión, la fracción 91 del lote 89 a medio kilómetro del asfalto, pero sobre un camino vecinal estratégico que atraviesa Gobernador Roca y llega hasta San Ignacio sorteando los controles viales.
Con las primeras puntas para analizar establecidas, nada extraño asomaba por suceder, salvo para el olfato de un pesquisa de la SAIC, que al retornar a las 7 de ayer a la chacra del crimen comenzó a verificar con la luz del sol los puntos que resultaban llamativos en el precario emprendimiento.
La búsqueda fue puntillosa y permitió, pocos minutos antes de las 10, el hallazgo de un falso piso de tierra, que en realidad servía para disfrazar una lona plástica y tablas que ocultaban una fosa repleta de bultos con paquetes rectangulares, los habituales ladrillos o panes de cannabis sativa prensada.
El descubrimiento provocó nuevos operativos para proteger la droga, pero también para ampliar la búsqueda de los criminales. A la par se incrementó la sospecha, algunas fuentes la dan como relación directa, de que a la razón o motivo del crimen no puede soslayarse el ajuste narco.

Larga labor
El primer arqueo de la marihuana hallada en la chacra redondeó un total de 79 paquetes, cada uno entre los 20 y 35 kilogramos. Escoltado por grupo de Infantería y del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) ambos de la UR-IX, un camión volcador de la Municipalidad de Gobernador Roca, transportó la carga hasta el complejo deportivo y cultural “José Marianski”. Allí la labor de testeo y pesaje de cada ladrillo envuelto con cinta de embalaje precisó: 1.779 kilogramos.
La tarea de conteo duró poco más de tres horas en el polideportivo de Roca. Pero ocultaba un detalle más y correspondió a la requisa del predio donde fue asesinado Cantero y descubierta la droga.
A la par del arqueo, allí y dentro de un freezer, se hallaron dos cajas envueltas en film plástico que ocultaban cerca de 50 kilogramos más de marihuana (47,400 kilogramos) en paquetes de distintos tamaño, pero también cintas para embalar, bolsas de nylon y dos balanzas electrónicas para fraccionar estupefacientes.

Ya no se hablaba de “fosa narco”, sino de “chacra narco”, en una zona de las denominadas “calientes” de tránsito de cannabis sativa y se tejieron relaciones con los últimos decomisos de droga, entre ellos casi cuatro toneladas en una barcaza en la desembocadura del arroyo Yabebiry en San Ignacio, durante la madrugada del jueves 12 de julio en un procedimiento del Escuadrón 11 de Gendarmería Nacional, que a su vez se desprendió de otro en la misma zona por más de seis toneladas, el 22 de abril de este año.
Tarea restante
En cuanto a la pesquisa detrás de los ejecutores del crimen, se aguardan resultados de pericias clave, entre ellas, los análisis a las líneas de celulares (en total fueron hallados cinco teléfonos móviles) tanto de la esposa como del propio Cantero.
También buscarán registros de cámaras de seguridad para establecer el recorrido que realizó el Renault Logan negro de Cantero, desde la propiedad de Gobernador Roca, hasta ser abandonado en la avenida Aconcagua 605, en el centro de Jardín América, presuntamente por los atacantes. El vehículo fue hallado a las 13.30 de ayer por efectivos del Comando Radioeléctrico de la UR-IX.
Otro de los puntos de estudio, es la cantidad de municiones halladas en la propiedad del lote 89 dentro de una bolsa negra: 19 cartuchos calibre 12, una caja con 33 balas calibre nueve milímetros (mismo calibre con que ultimaron a Cantero) y cinco vainas servidas.
Perfiles y sospechas
Sobre el perfil de la víctima fatal, Aldo Cantero, se pudo saber que se desempeñó como mecánico en Jardín América, donde también residía, hasta hace poco más de un año que falleció su padre, morador del predio con yerbal del lote 89. Allí se habría mudado y ahora se busca establecer hace cuánto tiempo comenzó a funcionar la chacra como centro de acopio de estupefacientes.
Quien estaría fuera de sospecha de la autoría del asesinato, es su pareja de 25 años. La coartada tiene amplio sustento, tanto en relación a testigos como a ningún detalle que pudiera decantar en un crimen pasional.
No obstante se le practicó, entre otras pruebas, la de guantelete de parafina que detecta la presencia de deflagración de pólvora en las manos.
Se aguarda que en el transcurso de hoy, la esposa de Cantero preste declaración ante el juez Carlos Giménez. Hay expectativa porque señale posibles sospechosos del crimen, o al menos datos suficientes para profundizar las hipótesis ya establecidas.