Los meses de gestación de nuestros hijos son sin duda la situación más especial, novedosa y hasta a veces donde más extrañas nos sentimos.
La actividad física planificada para esta etapa nos ayudará a sentirnos mejor y transitar este período de manera más relajada. Teniendo en cuenta nuestro nivel de entrenamiento antes de estar embarazadas y según cómo transcurran los días, analizaremos con nuestro médico cuál es la mejor opción para mantenernos activas y llegar de la mejor manera al parto.
Beneficios
No hay duda de que el ejercicio es beneficioso tanto para usted como para su bebé (si no surgen complicaciones que limiten su capacidad ejercitarse durante todo el embarazo).
El ejercicio puede aumentar su sensación de control y el nivel de energía. No sólo la hará sentirse mejor al liberar endorfinas (sustancias químicas que produce el cerebro) sino que le permitirá lo siguiente:
• Aliviar los dolores de espalda y mejorar su postura al fortalecer y tonificar los músculos de la espalda, los glúteos y los muslos.
• Reducir la constipación al acelerar el movimiento intestinal.
• Prevenir el deterioro de las articulaciones (que tienden a aflojarse durante el embarazo a causa de los cambios hormonales), al activar el líquido sinovial que actúa como lubricante.
• Ayudarla a dormir mejor al aliviar el estrés y la ansiedad que la hacen estar inquieta durante la noche.
• Prepararse y preparar su cuerpo para el nacimiento del bebé. El parto será más fácil si sus músculos son fuertes y su corazón está en buen estado. El control de la respiración también puede ayudarla a enfrentar el dolor. Y en el caso de un parto prolongado, la capacidad de resistencia al dolor juega un papel muy importante.
• Recuperar más rápido la silueta. Acumulará menos grasa durante el embarazo si continúa haciendo ejercicio (en el caso de haber hecho ejercicio antes de quedar embarazada).
Aunque todavía se discute acerca de los beneficios adicionales que aporta la actividad física durante el embarazo, algunos estudios han demostrado que puede incluso disminuir el riesgo de que una mujer sufra complicaciones, como la preeclampsia y la diabetes gestacional.
30 minutos por día serían más que suficientes. Lo más recomendado: caminar, nadar, bailar, hacer yoga, pilates, andar en bicicleta (si es fija sentada mejor, nos protege la espalda, es más cómodo y evitamos algún tipo de caída) ejercicios de bajo impacto también están permitidos. No hay un límite establecido para suspender la actividad, qué hacer y hasta cuándo dependerá de la comodidad que sienta la mujer por el peso de su panza.
La clave será hacer cosas que nos hagan sentir bien, que disfrutemos y nos ayuden tanto a la mamá como al bebé a pasar los meses de gestación lo más conectados, felices y relajados posible.
Colabora
Luciana Amado Siry
Espacio Wellness
Sargento Cabral 2042
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