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La investigación por el crimen del pensionado Pedro Silva (61), que conmueve a esta localidad, dio un giro en las últimas horas. La novedad provino de la sala de autopsias y se dio una vez que los médicos forenses confirmaran que la víctima no murió por un disparo en la cabeza, como se creía en un principio, sino tras ser estrangulada.
Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, los especialistas confirmaron que Silva perdió la vida a causa de la fuerza que él o los autores ejercieron sobre su tráquea, lo que le provocó lesiones propias de ese tipo de agresión, tales como la fractura del hueso tiroides, lesión ratificada por los forenses.
Con respecto a la primera teoría, que indicaba que recibió un disparo que ingresó por la parte de atrás de la cabeza, con orificio de salida cerca de la boca, los peritos establecieron que en realidad pudo tratarse del golpe de un elemento contundente.
No obstante, lo que no se modificó en el marco de la investigación que lleva adelante el magistrado Horacio Heriberto Alarcón, al frente del Juzgado de Instrucción 2 de Oberá, es la principal hipótesis sobre lo ocurrido, que se mantiene firme en la versión de un violento asalto.
Al respecto, los investigadores de la comisaría local y del área especializada de la Unidad Regional II creen que los homicidas se alzaron con alrededor de tres mil pesos en efectivo que el pensionado había cobrado recientemente, al parecer, tras la venta de algunos de sus bienes. También desapareció de su casa una campera, según consignaron familiares y amigos.
La profundización de la pesquisa por parte de los detectives no se detiene pese al paso del tiempo y prueba de aquello fue la novedad registrada horas atrás, cuando se produjo la demora de un exconvicto que residiría en la misma zona que Silva.
El sospechoso, quien semanas atrás cumplió condena por un hecho de “robo calificado”, declaró bajo la calificación de “testigo sospechoso” y se desligó del hecho. Sin pruebas en su contra, terminó nuevamente liberado.
El homicidio de Silva fue descubierto por uno de sus familiares, alrededor de las 16.20 del último viernes. El pensionado fue hallado sin vida frente a la vivienda que habitaba en su chacra del Lote 27 de Colonia Alberdi, a unos 400 metros de la ruta provincial 5 y a más de 4 mil del casco urbano. El escenario del crimen está a escasos metros del arroyo El Chapá.
Desde el principio el caso contó con aristas misteriosas. La casa del pensionado se encontraba completamente cerrada, sin signos de violencia. Se presume que los autores pudieron tomar sus llaves una vez reducido, alzarse con lo que buscaban y luego cerrarla para que no recayeran mayores sospechas.
Al decir de los vecinos, Silva era un ermitaño. Vivía solo desde hace años, en un lugar alejado y de difícil acceso. Ese modo de vida, presumen los investigadores, facilitó el accionar de los autores del hecho, cuya búsqueda continuaba ayer.