Argentina siempre fue historia y sus pobladores –una interesante mezcla de orígenes-, nos llevan a pensar muchas cosas y en especial “por qué los verdaderos argentinos permitimos que nos tomen el pelo usando nuestro dinero para beneficio propio”.
Y digo verdaderos argentinos porque están los que dicen ser argentinos, pero no les va ni les viene que haya “corrupción” o ¿será que son corruptos también?
Los valores morales y éticos, la dignidad, la honestidad, el respeto, la vergüenza, el amor al trabajo, “el valor de la palabra”, la confianza, la sinceridad, la responsabilidad, el cumplimiento, la honradez… En resumen: ¡la honorabilidad! ¿Dónde están?
Pasan los años y en vez de mejorar, no solamente como país, sino como personas merecedoras de estar disfrutando de un bienestar personal y general, nos estamos hundiendo cada vez más y los países del mundo ya no confían en nosotros.
Y no es para menos, si estamos demostrando una confrontación permanente en todos los planos sociales, un estancamiento económico, una involución que no cesa porque los herederos del futuro argentino están entretenidos en su mayoría con el consumo de distintos productos nocivos y perjudiciales para su cerebro que es “la computadora del ser humano”.
Muchos se han acostumbrado a la mentira de quienes fueron responsables de administrar el país y todavía siguen apoyando a los que están siendo investigados y procesados por distintas causas judiciales sin saber ni conocer el verdadero trasfondo de todo el grave problema que quedó como resultado de una gestión lamentable.
No seamos ingenuos ni nos confundamos con todo lo que se dice y se escribe en los medios, seamos prudentes y respetemos a la Justicia que reclamamos, porque para eso están los que aún cumplen con su juramento y mantienen su dignidad; no como otros que han permitido que se los maneje o presione para de esa manera dejaran pasar lo prohibido.
Los verdaderos conceptos de formación y que destacan a una persona, nacen en la cuna que la vio nacer y su continuidad seguirá asistiendo al establecimiento escolar buscando finalizar su perfeccionamiento por propia voluntad.
Todos sabemos que nuestra Argentina tiene todo para que logremos estabilidad y podamos cumplir con nuestros objetivos, pero eso depende de que tengamos gobernantes probos y que sepan que la corrupción es un “virus malicioso” que beneficia a unos pocos y que daña a millones que ponen el hombro depositando su confianza en ellos.
Ernesto Doedderer
Posadas (Misiones