Pese a ser una enfermedad grave, la mayoría de los pacientes que reciben un tratamiento adecuado a tiempo se recupera completamente. Sin embargo, niños menores de 5 años, mayores de 75 años y personas con determinados cambios genéticos son más propensos a sufrir esta patología y más vulnerables a sus efectos. De hecho, el Síndrome Urémico Hemolítico ocasiona que el 20% de los niños afectados por este mal requieran un trasplante de riñón.
¿Dónde se encuentra la toxina responsable del SUH? Se la puede hallar, fundamentalmente, en carnes sin cocción completa.
En este sentido, la carne picada es el producto de mayor riesgo. Otros focos de alerta son la leche sin pasteurizar y productos elaborados a partir de ella, aguas contaminadas de piletas o lagos, verduras como lechuga, repollo u otros vegetales que se consumen crudos y son regados con aguas contaminadas con heces.
Entre los síntomas se pueden presentar diarreas sanguinolentas, dolores abdominales, vómitos, fiebre ocasional, fatiga, pequeños hematomas, sangrado por nariz o boca, disminución de orina, cuadros de confusión o convulsiones y otros más severos como deficiencias renales. El período de incubación es de 3 a 9 días.
Al respecto, la doctora Valeria El Haj, Directora Médica de vittal, comparte consejos para reducir la incidencia del Síndrome Urémico Hemolítico:
• Al comprar carne picada es preferible que sea procesada en el momento, ya que se altera más rápido que un trozo de carne entera.
• Al comprar productos envasados, prestar atención al estado del envase y las fechas de vencimiento y cuidar que no pierda la cadena de frío.
• No volver a congelar un alimento que ya fue descongelado, ya que eso favorece la contaminación con microorganismos y su posterior proliferación.
• Descongelar los alimentos, fundamentalmente la carne, en la heladera y no a temperatura ambiente, ni aproximándolos a una fuente de calor o bajo el chorro de la canilla.
• Asegurarse que, antes de cocinar el alimento, se haya completado su descongelación, sobre todo cuando se trata de piezas grandes.
• No comprar huevos con cascara rota o sucia. No consumir leche sin pasteurizar.
• Lavarse bien las manos antes de cocinar, comer, después de ir al baño y después de cambiar pañales.
• Limpiar los utensilios y las superficies donde se prepara la comida.
• Cocinar bien la carne. • Separar los alimentos crudos de los alimentos listos para consumir. No colocar carne cocida en platos en los que antes haya habido carne cruda.

• De no poseer agua corriente de red, hervirla antes de usar.