Un docente y un alumno de la Escuela Provincial de Educación Técnica (EPET) 21 terminaron internados este martes a la tarde por una explosión producida en el taller de Ajuste Mecánico, a cargo del docente Juan Carlos Bezniuk Sacharuk.
El docente no sufrió consecuencias graves, pero el fuego de la explosión le alcanzó a rozar el pelo de la frente y quedo chamuscado. Quedó en observación en el hospital de San Vicente y fue dado de alta ayer. Pero el alumno de trece años, que asiste a primer año, sufrió un fuerte golpe en la cabeza, que le provocó una fisura a la altura de la frente del lado derecho, y debió ser derivado al hospital de Oberá donde ayer aún continuaban haciéndole estudios para establecer las implicancias del traumatismo de cráneo sufrido.
“Su estado de salud es estable y en todo momento estuvo consciente”, confirmó a PRIMERA EDICIÓN la directora de Educación Técnica del Consejo General de Educación (CGE), Rosana Ayala, quien se mantiene en comunicación permanente con el papá del menor.
Según indicó la funcionaria, “la explosión se produjo al tratar de manipular un tanque de 200 litros que trajo el padre del alumno lastimado para poder construir una parrilla. Originalmente, el tanque contuvo un diluyente (thinner) por lo que se hicieron las limpiezas de rigor para estos casos, que implican llenarlo y volver a vaciarlo más de cuatro veces, pero habría quedado algún tipo de residuo adentro por lo que cuando el docente manipuló la amoladora, el tanque explotó”.
Por una cuestión de seguridad, según aseveró Ayala, “antes de utilizar la amoladora, el docente hizo que los alumnos salieran fuera del taller y sólo quedó el chico que llevó el tanque, el mismo sobre el que impactó la tapa cuando salió disparada por la explosión que arrastró varios metros tanto al docente como al estudiante”.
El chico sigue internado
Inmediatamente se llamó a la Policía, los bomberos y al centro de salud para los primeros auxilios.
Según precisó Ayala, el docente quedó internado en el hospital de San Vicente (fue dado de alta ayer a la mañana) y el alumno fue derivado al SAMIC de Oberá para un diagnóstico más certero.
Allí le realizaron varios estudios y los especialistas recomendaron que quede internado para controlar la evolución del traumatismo frontal izquierdo y evaluar si sufrió algún daño en la vista.
“Estamos esperando el diagnóstico del oftalmólogo para saber si el golpe ocasionó algún tipo de secuela en la vista; gracias a Dios el alumno contaba con las gafas e indumentaria de seguridad adecuada por lo que eso evitó más daños. No obstante, creemos que estará unos días más internado pero lo importante en este tipo de golpes en la cabeza son las primeras seis horas y el alumno evolucionó sin complicaciones”, explicó.
Según informaron fuentes del establecimiento educativo, el parte médico indica que presenta escoriaciones y magullones varios y un fuerte golpe en la cabeza, donde presenta una fractura de cráneo. El chico deberá permanecer internado y en observación durante siete días en el SAMIC de Oberá. Los profesionales pretenden controlar de cerca la recuperación del alumno para descartar cualquier tipo de consecuencias.
Seguro de salud en las escuelas
Como ocurre en este tipo de casos, el CGE dispuso el inicio de un sumario para recabar información precisa sobre las causas del accidente. “En el marco de esta instrucción sumaria, el supervisor se acercará hoy (por ayer) al docente para poder contar con la información sobre lo sucedido para elevarla a la Dirección de Educación Técnica a fin que podamos seguir con los trámites burocráticos que involucran el tema del seguro”, indicó Ayala.
Según la funcionaria, el CGE ofrece a todas las escuelas de la provincia, incluida las técnicas, un seguro de salud con la empresa Nación Seguros. “Todas las escuelas de la provincia tienen cobertura de este seguro y, además, muchos directores contratan otro seguro privado que pagan con aportes de la cooperadora”, aseveró.
Pese a la afirmación de la funcionaria, todas las escuelas consultadas por PRIMERA EDICIÓN aseguran no contar más que con el seguro de salud que pagan con fondos propios. Al respecto, el secretario general de la Asociación de Magisterio de Educación Técnica (AMET), Carlos Castro, confirmó que, en caso de tenerlo, las escuelas desconocen que cuentan con esta cobertura, razón por la que contratan este servicio privado.
Sin ART
“Otro tema que venimos reclamando desde 2011 es que los docentes no cuentan con Aseguradora de Riesgo de Trabajo (ART), ni siquiera los que están a cargo de los talleres de escuelas técnicas que manipulan amoladoras, soldadoras y distintas herramientas que siempre implican riesgos”, señaló Castro.
Según observó, “cada escuela resuelve como puede el tema del seguro de salud para los alumnos, en la mayoría de los casos lo paga la cooperadora de padres pero el CGE no puede pretender que el docente pague su propia ART”.
El dirigente de la AMET señaló que en las autoridades educativas siempre dicen que las escuelas cuentan con seguro de salud e incluso que los docentes tienen ART.
“Pero la realidad muestra otra cosa, ni siquiera los docentes que trabajan en los talleres de escuelas técnicas tienen ART. En mayo de este año, un docente de la EPET 8 de Aristóbulo del Valle sufrió un accidente en la escuela y perdió parte de dos dedos y no contó con cobertura de riesgo de trabajo por lo que debió afrontar todos los gastos en forma particular. Este caso volvió a visibilizar la cuestión”.
Castro recordó que un mes antes que el docente perdiera los dedos, en una reunión que tuvo lugar en Oberá “las autoridades del CGE habían dicho que quedaran tranquilos que, tanto los docentes como los alumnos, estaban asegurados. Pero cuando se accidentó el docente, el seguro nunca apareció. En realidad, lo que tiene el CGE es más como un autoseguro”.
Para el dirigente gremial urge dar tratamiento a esta problemática, “no podemos esperar a que ocurra un hecho trágico, tanto los docentes como los alumnos, especialmente los de escuelas técnicas, necesitan contar con cobertura de salud y seguro ante riesgos de trabajo”, advirtió.