Uno de los psicólogos más influyentes en la Psicología del Desarrollo fue Jean Piaget, entre sus lujosos aportes estableció la inteligencia como un proceso que se da entre asimilación y acomodación dando lugar a la adaptación de la nueva información.
Entendiéndose como información todo aquello que sucede, nos pasa, nos atraviesa en el cotidiano diario, las noticias que nos llegan y los nuevos saberes que vamos incorporando.
Hablando en simples palabras él decía que la inteligencia era una construcción personal de cada individuo y que a medida que iba sumando información ésta se reacomoda a la información previamente o anteriormente incorporada, por ende lo que interprete un ser sobre un determinado hecho va a depender de la información previa establecida en su psiquismo y jamás podría encontrarse una igual en otra persona.
Esto también nos da cuenta que lo previamente incorporado es importante a la hora de adquirir nueva información y que la reacción va a depender de los dos contenidos.
Desde la mirada de Piaget entonces podemos suponer que el estímulo que se le da al niño desde pequeño va a generar grandes posibilidades de crecimiento y fácil adaptación.
Ahora bien, si ya venimos con una forma de tramitar las ideas por la información aprendida, si es posible ir acomodando poco a poco nueva información, la adaptación que es el equilibrio entre lo viejo y lo nuevo va a ir buscando nuevos canales y elaborando nuevas rutas de pensamiento que ya conscientemente elegidos antes son de mayor beneficio para el ser humano.
La flexibilidad es una de las herramientas más acordes a la hora de elegir nuevas cosas, puesto que nos ayuda a incorporar cosas totalmente distintas a las que estábamos acostumbrados. Si no estoy de acuerdo o pienso que no es, ser flexible nos posibilita adquirir nuevas formas ante cualquier hecho y eso cognitivamente es muy favorable ya que una mente flexible se adapta mucho más rápido a cualquier hecho, así sea trágico.
Podríamos pensar en el árbol que acompaña al movimiento de la tormenta y sobrevive.
Ser inteligente no sólo depende de una disposición genética heredada. Ser inteligente también tiene mucho que ver con lo que quieres aprender para luego entender lo que recibes. Construye tu interior.
Colabora
Natalia de las Nieves
Coach y Terapeuta
Motivacional
En Facebook: Rincón De Luz y Bienestar
watssapp: 3764-366593