Para Daniela Vastik, la mejor manera de expresarse es por medio de las ilustraciones porque cada vez que lo hace encuentra su mundo; “donde me siento cómoda e inspirada”.
Al comienzo el soporte de sus ideas fue el papel, pero con los años se animó a pintar cuadros, murales e incluso remeras y zapatillas. Ella pinta y dibuja mucho, todo el tiempo y lo hace sobre “todo lo que pueda funcionar como medio de expresión”.
Un día decidió grabar algunos de sus dibujos en su cuerpo. La tinta en su piel le llamó la atención y “pensé en dedicarme al arte de los tatuajes”.
Esa decisión dio vueltas por su cabeza por dos años hasta que se animó y compró los elementos para comenzar el nuevo desafío.
“Primero practiqué en distintas superficies hasta que me animé y pasé a la piel humana. Hice tatuajes gratis por un año antes de trabajar como especialista en el oficio”.
En 2010, en busca de nuevos retos, Daniela dejó a su familia y muchos amigos. Agarró sus cosas y partió rumbo a Bombinhas, Brasil. Allí realizó decenas de trabajos, pero ninguno la satisfacía y por eso, en paralelo realizaba tatuajes.
Estando en Bombinhas dos reconocidos hermanos tatuadores vieron sus dibujos y de inmediato le ofrecieron empleo en su estudio. “Me abrieron las puertas sabiendo que era principiante”.
Observando cómo trabajaban los profesionales practicó minuciosamente las técnicas y el estilo brasilero, hasta que se convirtió en una de ellos, sólo que con el sexto sentido femenino y la sangre argentina corriendo por sus venas. “Me sirvió mucho, trabajé sin descanso y aprendí técnicas. Fue un máster acelerado, aprendí además a manejar un estudio, a tratar con la gente”.
Al final de la temporada, Daniela regresó a Misiones con la mochila de la experiencia y hoy trabaja como tatuadora en un estudio de la capital provincial. Sus creaciones están inspiradas en la belleza y el espíritu femenino, en la naturaleza, en la magia y en lo místico.
En cada dibujo busca ser “genuina” con lo que siente y quiere trasmitir: “Ya sea en tatuajes, murales o pinturas.Trato de ser sincera conmigo primero y creo que todo fluye más natural”.
La mayoría de sus clientes son mujeres de entre 30 y 40 años que la buscan para hacerse su primer tatuaje y “después vienen por más, creo que me eligen porque se sienten más cómodas al ser atendidas por otra mujer”.
Pero la técnica infalible de la joven artista es “hablar con las clientes para que me reflejen la personalidad de ellas. Y en base a eso podés generar algo que les guste y a la vez sea novedoso”.
Sobre la mesa de su estudio hay una carpeta con distintas ilustraciones, algunas más exitosas que otras; como los mandalas “a los que intento generar un diseño original y diferente”. Pero también están las creaciones de Daniela y ya “son muchas las chicas que eligen mis dibujos”.
Para ella no hay mayor regalo que ver a una mujer con uno de sus dibujos en la piel: “Es una alegría inmensa ver que una persona lo elige, le gusta y entiende lo que quise transmitir. Es alguien que comprendió mi mensaje. Empatizás y se siente muy bien”.
Redacción: Susana Breska Sisterna
Producción Fotográfica: Miguel Ángel Colman