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Carlos Manuel Ramírez (37) protagonizó una historia de amor tras las rejas que hizo pensar a muchos que su vida podría encausarse, mejorar. Incluso fue padre. Todo esto mientras cumplía condena por un homicidio.
Finalmente el año pasado fue beneficiado con la libertad condicional. Sin embargo no lo supo aprovechar y pasó nuevamente del cielo al infierno en cuestión de meses. Regresó a lo que ya es como su segundo hogar y donde pasó la mayoría de su vida: la cárcel. El motivo: cometió otro crimen.
El camino que lo habría llevado a protagonizar otro episodio colmado de sangre fue una serie de sucesos que comenzaron cuando se separó de la madre de sus dos pequeños hijos.
Recientemente, la mujer había comenzado una nueva relación con un carpintero, llamado Antonio Cabral, de 29 años. Al enterarse de esa circunstancia, el exconvicto asesinó al joven a sangre fría.
El Juzgado de Instrucción 1 de Eldorado, a cargo de Roberto Horacio Saldaña, primero le dictó la prisión preventiva a Ramírez y en las últimas horas elevó la causa a juicio oral y público. La calificación por la que Ramírez se sentará en el banquillo de los acusados es por “homicidio simple”. Fue tras una exhaustiva investigación que incluyó numerosas testimoniales y pericias en la escena, entre otras medidas judiciales.
Mañana sangrienta
En la instrucción de la causa quedó acreditado que el 21 de marzo último a las 7.30 el carpintero Cabral preparaba unos mates en la vivienda de la exesposa de Ramírez, ubicada sobre la avenida República Argentina, en el barrio Esperanza de Puerto Piray. Mientras la dueña de casa y su visita mateaban, se escuchó un ruido en la parte delantera del inmueble. Cabral miró por la rendija y no vio nada extraño.
Sin embargo, de repente una de las puertas laterales fue derribada de lleno, destrozando dos trabas de madera y un pasador de metal. Según el expediente, era Ramírez, con quien la mujer hacía nueve meses había concluido la relación. De acuerdo a los testimonios y a lo que pudo reconstruir la Justicia, el intruso primero amenazó a su expareja, y luego -sin mediar palabras-, arremetió contra el carpintero. De las dos puntadas, una de ellas le perforó el corazón al joven, quien murió por una severa hemorragia interna antes de que llegara la ambulancia. Todo esto sucedió mientras los dos hijos del agresor, de 8 y 5 años, descansaban. El exconvicto se dio a la fuga pero fue capturado ese mismo día en inmediaciones a un eucaliptal.
Nuevamente fue acusado por un homicidio. En marzo de 2003 los investigadores lo vincularon a un asalto a punta de pistola en Puerto Esperanza.
De acuerdo a las crónicas de ese entonces, Ramírez irrumpió en una vivienda donde residían dos hermanos que trabajaban en una planta industrial. Tras torturarlo, asesinaron a balazos a Valdir Nischke, de 43 años. Poco después, una hermana de Ramírez lo delató. Y terminó tras las rejas.