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Un video recordatorio que circula en las redes sociales hizo que muchos se preguntaran sobre la vida de Nazareno Olivera, un exalumno de la Escuela 563 “Jacobo Lenuzza”, de este municipio que en 2009 recitó en el programa ShowMach, emocionando a los televidentes y al propio Marcelo Tinelli, ayudando a conseguir un transporte para sus compañeros más humildes que caminaban largas distancias para asistir a clases.
Por aquel entonces el niño tenía once años y cursaba sexto grado en el establecimiento del paraje Cerro Monje, “cerquita de la corredera”. Actualmente tiene veinte años y reside junto a sus padres, Agustina y Luis Olivera, en la localidad bonaerense de Pedernales, partido de 25 de Mayo.
La movida se originó por iniciativa del director del establecimiento, Francisco Carlos Scholz, que escribió una carta al programa de Canal 13 para poder concretar la iniciativa para parte de los 69 alumnos que contaba la escuela en aquel entonces, que debían caminar por unas dos horas para llegar a destino. Finalmente que dos importantes empresas de transporte de larga distancia les donaran dos unidades. El intendente de San Javier, Ennio Lemes, confió que por el momento se está utilizando el colectivo más chico y que la Municipalidad se encarga de abonar el sueldo del chofer. Recorre diariamente unos 14 kilómetros sobre la costa del río Uruguay hasta el paraje Mbororé.
“Valió la pena y cómo! porque es de gran utilidad para los chicos”, dijo el jefe comunal, mientras aclaró que la comuna se hace cargo del combustible de la unidad en algunas ocasiones pero que la mayoría de las veces son los directivos y docentes quienes gestionan ayudas para que el colectivo, tan anhelado por la comunidad, pueda seguir rodando.
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Cerquita de las correderas
“Vengo de la Escuela 563 que está cerquita de las correderas…”, empezaba el recitado de Nazareno, que el 19 de junio cumplió 20 años, está terminando el secundario y tiene ganas de seguir profesorado de portugués o ser técnico en reparación de PC. Y en otro tramo decía: “Pedimos un transporte mirando el cielo..”, lo que arrancó aplausos e hizo escapar una lágrima a quienes estaban en el estudio del canal nacional.
Para el protagonista, “los recuerdos son muy bonitos”. Recordó que cuando sus compañeros viajaron al programa, él estaba en Buenos Aires porque su familia asistió a un acto donde su hermano se había recibido el uniforme de Prefectura Naval. Desde el establecimiento de San Javier, “pidieron que nos quedáramos unos días más para poder participar y para que yo recitara. Los chicos estaban en el hotel y desde la producción del programa nos fueron a buscar. Me puse nervioso en el viaje y me puse a llorar porque era chico y no sabía mucho lo que estaba pasando. En el hotel practicaba el recitado y hasta el último repaso me equivoqué. Pero después lo dije en el canal y me salió bien”.
Contó que quien escribió el recitado fue el director, Scholz, que además fue quien lo ayudó a practicar, al igual que las maestras, y sus padres. “Un tiempo antes éramos dos lo que lo teníamos que recitar. Había que hacerlo en la plaza del pueblo de San Javier. Yo dije que me animaba y me eligieron. Pero era más corto, luego le agregaron unos párrafos que es lo que dije en el programa”, agregó.
Contó que fue una decena de compañeros los que viajaron en compañía del director; “la maestra de jardín, Mariela Mendoza; la de tercero y cuarto, Nélida Dos Santos, la de quinto, sexto y séptimo, Lujan Rodríguez, y la maestra de música, Estela Lucero. Fue una experiencia muy bonita. En ese tiempo por ahí no lo entendía mucho. Fue algo lindo, por la que no se pasa todos los días”.
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Ya de regreso a “La Dulce”, “era como que todos me reconocían, me saludaban, me decían que era muy bonito lo que había hecho. Me preguntaban cómo aprendí el recitado, si me gustaba hacer eso, si me costó mucho, cómo era Tinelli. En mi casa también me felicitaban. Representé al pueblo, a la escuela, a la familia, así que estaban contentos. Pero no cambié en nada, seguí siendo el mismo”.
Sobre Tinelli “no tenía mucha noción. Sabía que era una persona importante de la tele. Cuando lo traté me pareció bastante amable. En el momento de decir el recitado no me puse nervioso, estaba más tranquilo que en ocasiones anteriores”. Ese día el conductor se sentó en el piso para escuchar a Nazareno. Al finalizar se paró, felicitó, y se fundió en un abrazo con el niño, que llevaba guardapolvo y corbata azul. Lo hizo “con una seriedad, con una emoción”, agregó Tinelli ante los docentes, alumnos y Vanina Escudero, que fue quien bailó por el sueño del transporte para la escuela.