Fomenta la concentración y disciplina; estimula el respeto hacia los demás; mejora la resistencia y fuerza muscular, también la elasticidad y flexibilidad; inculca coordinación y concentración. Y la lista de beneficios del taekwon-do podría continuar, pero lo más importante, no hay edad para practicarlo, sólo basta animarse, como Ramón Alberto Posdeley, que con más de cinco décadas sobre sus hombros recibió su título de I Dan, grado que simboliza la madurez del practicante en cuanto a su competencia para impartir la enseñanza de este deporte; el negro, por el carbón, representa la dureza y sencillez, puede arder para generar energía o desintegrarse para escribir su historia. Encarna también la impermeabilidad de su portador al miedo y la oscuridad.
“Tengo 57 años, no empecé de joven con el taekwon-do, me recibí de I Dan y es una alegría tremenda”, confió Posdeley a Ko’ ape, logro que llegó a partir de practicar con su hijo Axel, “mi instructor directo”, aseguró orgulloso.
Y, como si fuera poco, esta conquista tiene un sabor extra dulce, pues por primera vez el examen se llevó a cabo en Puerto Rico, “no hay registro que haya venido un Sabon-Nim de la altura del nuestro a tomar pruebas, se hacían en Posadas, y esto habla del crecimiento de las escuelas del Instituto Olke y del taekwon-do del interior, tenemos chicos que están practicando y entrenando, tenemos muy buenos alumnos”, subrayó el taekwondista.
“Las artes marciales me gustaron de toda la vida, se dio la oportunidad de que mi hijo pudiera practicar, yo era grande, pensaba que no podía, primero él entrenó, se recibió y después vino el Sabon-Nin Olke y me dijo que tenía que entrenar, empecé y hoy estoy muy feliz”, reconoció y remarcó que “hoy nos estamos dedicando junto a mi hijo a cuidar a los chicos, hoy se necesitan lugares donde el niño tenga un apoyo y el del deporte es fundamental”.
Además, sostuvo que “se acerca gente grande, lo único que hay que tener es ganas, hay muchísima gente mayor que yo que está practicando, no hay que mirar el taekwon-do como deporte de lucha, de contacto extremo, es una formación de vida”.
En cuanto a las clases, se llevan a cabo los martes y jueves, de 17 a 18 y de 18 a 19, en el Club Timbó. “Con los niños utilizamos el sistema Taekwon-do kids, con el que nos dedicamos a jugar mientras los formamos disciplinándose en el buen sentido, en su casa, en la escuela, en sus quehaceres diarios y dentro de lo que es el entrenamiento del deporte propiamente dicho”, apuntó Posdeley e insistió en que la academia pertenece a la Asociación de escuelas de taekwon-do del Instituto Olke y “junto a ella a la Federación Misionera de Taekwon-do, además a la AIT (Academia Internacional de Taekwon-do) cuyo director nacional es Javier Dackar, en Misiones es Carlos Méndez y nuestro director es el Sabon Nin Fabio Olke, de Garuhapé”.