Hace casi diez años que Timoteo no sale de su casa, una pequeña vivienda de madera que comparte junto a un hermano que, al igual que él, es discapacitado.
Timoteo tiene varias y graves secuelas motoras y neurológicas de una meningitis que sufrió cuando tenía cinco años. No puede caminar y a falta de una silla de ruedas adaptada para su patología, se ve obligado a arrastrarse para ir al baño, alimentarse e ir a la cama.
La obesidad de Timoteo agudiza el problema: el hombre tiene casi 200 kilos, según confirmó a PRIMERA EDICIÓN el responsable del Consejo de Discapacidad Municipal de Jardín América, Walter Suárez.
Para colmo, no cuenta con un sanitario en su casa por lo que debe arrastrarse hasta una letrina ubicada en el patio de su vivienda. Pese a que tiene una hija adolescente, según confirmó Suárez, no tendría un vínculo cotidiano con su padre, que necesita un adulto responsable que lo cuide y ayude.
Lo vemos mal, deprimido y muy triste. Tenemos que encontrar la manera de ayudarlo para que el PAMI le dé una silla de ruedas acorde a su problema y le asigne un cuidador; además que el Instituto Provincial de Desarrollo Habitaciones (IPRODHA) le construya un baño para discapacitados en su casa”, contaron a este Diario dos vecinas solidarias que siempre lo visitan, Mónica y Lucía.
Fueron las gestiones de estas vecinas las que lograron que en 2016 los profesionales que integran la Junta Médica se trasladen hasta la casa de Timoteo para que lo evalúen y le otorguen el Certificado Único de Discapacidad (CUD) que no tenía hasta ese momento.
Una silla adaptada
El responsable del Consejo de Discapacidad de Jardín América, Walter Suárez, conoce muy bien la historia de este hombre porque también gestionó para que la Junta Médica fuera a su casa y le hicieran el Certificado Único de Discapacidad; también realizó los trámites ante el IPRODHA para que le construyan el baño.
Hasta ahora, sin embargo, no logró esto último porque se suspendió el programa “Mejor Vivir” que se destinaba a estas reparaciones o ampliaciones menores.
No obstante, según adelantó Suárez, desde la Vicegobernación solicitaron días atrás información sobre este caso y se comprometieron a brindar ayuda a Timoteo.
Él y sus hermanos son discapacitados, cuando fallecieron sus padres ellos quedaron en la casa y ya no tienen a nadie que se ocupe de hacer trámites. Cobra una pensión y viven con ese dinero”, detalló Suárez.
Tiene obra social
Timoteo cuenta con PAMI pero no logró aún que la obra social de los jubilados y pensionados le suministre una silla de ruedas adaptada a sus necesidades.
“Voy a reiterar el reclamo ante la auditora del PAMI, seguramente requiera una silla adaptada con una especie de grúa porque es imposible que él suba por sus propios medios. Desde la obra social me dijeron que un médico lo visita cada tanto para hacerle controles, él tiene secuelas respiratorias, neurológicas, cardíacas y motoras producto de una meningitis”, detalló Suárez, de la Municipalidad de Jardín América, que también es discapacitado desde hace más de viente años producto de un balazo en su cabeza que le provocó una hemiplejía en la mitad de su cuerpo, con pérdida total de órganos sensoriales (ojo y oído) en el lado izquierdo.