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Fue dado de alta el lunes, pero su evolución requiere de al menos quince días más de reposo. Mientras ese lapso transcurre, el adolescente de 17 años arrollado junto a su novia de 18 sobre la vereda de la costanera oeste el domingo 23 de septiembre, es custodiado por efectivos policiales por orden del juez que instruye la causa, Marcelo Cardozo.
Es un testigo clave, su relato es central para esclarecer lo sucedido sobre el paseo a orillas del arroyo Mártires hace diez días a las 21.30. No sólo podría identificar al sospechoso detenido y la camioneta utilizada, si no que también podría reconstruir la secuencia y dar detalles que, cotejados con los indicios y evidencias restantes, apuntalarían lo trabajado hasta el momento por los pesquisas de la Dirección de Investigaciones y Delitos Complejos de la Policía.
El reposo del menor será acompañado por la observación de los galenos del Hospital Madariaga. Entre las preocupaciones se destaca el daño a los órganos auditivos, ya que el ataque le produjo una fisura en el cráneo desde el oído medio hasta la mandíbula del lado derecho. Esta lesión no necesita de cirugía, pero si de cuidado y el tiempo necesario de descanso. La víctima ya concilia el sueño con normalidad, pero no escucha lo suficiente con el oído derecho.
En cuanto las condiciones para que declare sean las aconsejables, lo hará, confiaron a PRIMERA EDICIÓN fuentes ligadas al expediente. Situación similar atraviesa la novia de 18 años, raptada por el conductor de la camioneta y abandonada con lesiones de menor gravedad en inmediaciones al Club Educación (avenida Zapiola y 148).
Único detenido
Hasta el momento, el sospechoso imputado por “doble homicidio simple en grado de tentativa y privación ilegítima de la libertad, rapto”, continúa detenido. El lunes declaró ante el juez de Instrucción 1 y se desligó de toda acusación, señalando a un empleado de su empresa familiar de ser el responsable de la camioneta Toyota Hilux blanca que habría sido utilizada para arrollar a la pareja.
Su coartada y versión sostienen que a las 20.36 del domingo 23 de septiembre regresaba de Encarnación, Paraguay y que el vehículo que habría sido utilizado para cometer el hecho que se investiga, estaba en poder de un empleado y que este hombre de 40 años lo habría guardado en la casa de avenida Zapiola casi Quaranta (exruta nacional 12), donde fue descubierta el miércoles 26 de septiembre a las 22. Negó también conocer a la joven de 18 años, estudiante de quinto años en un colegio del microcentro posadeño.
Los elementos que establecen las sospechas en su contra se mantienen centrados en los datos que brindó una de las víctimas, el menor de 17 años, quien brindó detalles descriptitvos para elaborar el identikit del hombre de 29 años detenido.
Vale la aclaración que el rostro del identikit no se parecería en nada al empleado del aprehendido. Este hombre declarará en las próximas horas en carácter del testigo sospechoso, previsto en el artículo 250 del Código Procesal Penal de Misiones.
Tampoco el imputado podría desligarse de haber escondido la camioneta en la casa de avenida Zapiola, no muy distante del punto donde fue liberada la muchacha de 18, ya que el cuidador del inmueble -propiedad del padre del detenido- lo indicó como quien la guardó allí el lunes, pocas horas después de la brutal agresión y rapto denunciados en la seccional Séptima de la zona oeste.