¡Hola queridos amigos! Continuaré con el tema de mi conferencia y ya les mostré lo fácil que es formar una creencia. Un ejemplo de ella, es la de que la carne nos provee las proteínas necesarias para poder vivir. Debido a esto sólo en Estados Unidos se matan 3.000 animales por segundo y nadie lo cuestiona debido a la historia que les fue contada de que carne es igual a proteína.
Continué mostrándoles la foto de unas frutillas y pregunté las sensaciones que les produciría si se las cortara y se las diera a oler o comer, a lo que contestaron sabrosas, frescas, etc. Al mostrar la foto de unos chanchitos dije que seguramente la mitad dirá que son simpáticos y la otra mitad dirá: ‘¡qué ricos!’.
¿Qué pasaría si con un cuchillo se los cortara en pedacitos aquí y se los hiciera oler? Pienso que muchos me manifestarían su desagrado, pero si les presento unas fetas de jamón a más de uno se le hará agua la boca.
En realidad, ¿cuántos de ustedes tomaría un cuchillo, mataría y cortaría en pedazos un chanchito? Pienso que ninguno y es debido a la compasión que tenemos, pero si al volver a nuestras casas comemos una picadita con jamón, como dicta nuestra cultura, seríamos unos hipócritas ya que el hecho de que no nos llenemos de sangre ni escuchemos el chillido del animal, no significa que no intervengamos en el proceso de matarlo.
Luego mostré la foto de unos cachorritos y todos dijeron: ¡qué ternura! Pregunté por qué nadie ve en ellos una comida y es porque estamos acostumbrados a mirarlos como animales domésticos, pero en otras partes del mundo comen perros y gatos porque esa es su cultura, esa es la historia que a ellos le contaron. Entonces, ¿por qué es desagradable y está mal comer perros y por qué está bien comer cerdo? Es por la cultura, la historia que nos contaron, esa es la matrix.
Cultura es sólo una historia que ustedes creen. Cada cultura tiene su historia. Si pusiéramos frente a un niño un ternero, un chanchito, un cachorrito, un gato y una gallina, el jugaría con todos y nosotros trataríamos de dirigirlo con cual jugar.
Podemos decir entonces, que no elegimos nuestra dieta, en nuestra dieta hay una historia detrás, nos hicieron percibir al perro como un amigo para jugar y al cerdo como comida.
Entonces, cada cultura tiene su historia diferente y la cultura es una historia que ustedes creen porque se la repitieron desde pequeños.
De esa misma manera hay historias familiares que en muchos casos no son tan perfectas como la sociedad exige que sean, ahí es necesario cambiarla u ocultarla y de allí devienen todos los problemas que el individuo hereda sin siquiera saber que muchas de sus enfermedades o repeticiones de historias de dolor en una familia, vienen de esa visión distorsionada de la realidad que le han hecho percibir.
Cada nación tiene su historia, que como se sabe, es contada por los ganadores. También están las historias de las religiones, que al igual que la de las naciones, prevalecieron las de los ganadores. Cada historia se convirtió en la creencia del individuo, del grupo familiar o del pueblo.
El saber que las creencias son los velos de ignorancia que el hombre antepone a su visión de la realidad, me hizo comprender el porque los primeros cristianos se llamaron a sí mismos Gnósticos (Gnosis en griego significa conocimiento), pues eran los que poseían el conocimiento diferenciándose de aquellos que decían creer sin entender y a esto lo llamaron fe.
Colabora
Graciela del Carmen Zaimakis de Abraham
Escritora.
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