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Se trata de la joven de 22 años y su pareja, de 21, quienes están a disposición del magistrado Horacio Heriberto Alarcón, a cargo por subrogancia del Juzgado de Instrucción de 3 de San Vicente.
Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, a la hora de la indagatoria, el dúo fue imputado formalmente por el delito de “lesiones agravadas por el vínculo”, tras lo cual ambos resolvieron romper el silencio. Los dos coincidieron en decirse inocentes y desligarse de los hechos, aunque no aportaron mayores datos sobre quién podría haber sido el autor de las torturas.
Así las cosas, tras el pedido de excarcelación de los defensores, Alarcón resolvió de manera negativa a los fines de preservar la integridad de la pequeña víctima, quien se encuentra bajo cuidados especiales en el Hogar de Niños de la localidad.
La historia se conoció alrededor de las 15 del miércoles 26 de septiembre, cuando vecinos de un inquilinato emplazado sobre Moreno y Balbín, en el barrio Centro de San Vicente, llamaron a la guardia de la Comisaría de la Mujer VIII.
Los testigos aseguraron que un niño de 2 años estaba arrodillado bajo la lluvia en el patio interno, con las manos por detrás de la espalda, atadas con cables.
Al llegar, el niño ya se encontraba en el interior de la vivienda, razón por la que accedieron tras entrevistarse con los dos mayores a cargo y descubrieron lesiones en el cuerpo del pequeño.
El menor fue trasladado de urgencia al hospital, donde los médicos diagnosticaron “hematomas múltiples de distinto tiempo de curación en región molar derecha, miembros superiores, tórax y región dorsal”. También una fractura en la clavícula derecha del pequeño. Informaron, además, que la misma nunca fue tratada y que “sanó sola”.