Las acciones de prevención primaria del cáncer de mama sólo pueden ser a nivel de recomendaciones hacia un estilo de vida saludable: fomentar la lactancia materna, dietas con bajo contenido de grasas, aumento de la actividad física, evitar el tabaquismo.
Pero también hay una prevención secundaria, para detectar a tiempo esta patología mediante el diagnóstico precoz (en estadios iniciales). Para ello se realizan estudios en la mujer que aún no tuvo síntomas.
Las mujeres con familiares de primer grado (madre, hermana, hija) que haya padecido cáncer de mama u ovario tienen un riesgo de dos a cuatro veces mayor que la población femenina en general, por lo que deben comenzar sus controles más tempranamente.
El diagnóstico precoz también permite que hoy en día se realicen cirugías conservadoras, evitando el temor a la mastectomía.
Pruebas de diagnóstico precoz
La técnica utilizada más eficaz es la mamografía, que consiste en una radiografía de las mamas, capaz de detectar lesiones en estadios incipientes de la enfermedad. La dosis de radiación empleada es mínima, por lo que resulta casi inocua.
La mamografía permite detectar lesiones en la mama antes de que sean palpables, presentando así menor probabilidad de invasión en profundidad o y diseminación a ganglios u otros órganos.
Cuando el tumor se detecta en estas etapas precoces, es posible aplicar tratamientos menos agresivos, que dejan menos secuelas en la mujer.
Un 75% de las mujeres con cirugías por este tipo de cáncer conservan sus mamas.
Debe ser tenido en cuenta que la mamografía es menos sensible en mujeres con mamas densas como ocurre en el grupo de mujeres jóvenes, aunque esto no cambia su indicación, pudiendo ser acompañada por una ecografía mamaria.
Campañas de detección precoz
Los aspectos más relevantes a tener en cuenta en las campañas de detección precoz son la edad en la que se incluye a la población dentro del grupo de riesgo, la edad en la que se excluye y el método de estudio empleado.
En la población de riesgo habitual está recomendada la realización de un examen clínico mamario a los 35 años y a partir de los 40 años la realización del examen clínico y mamografía anual.
No han demostrado beneficio las campañas de diagnóstico precoz por encima de los 69, ni por debajo de los 40 años.
Un 1% de los cánceres de mama se da en hombres.