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A tal punto llegó la tortura psicológica que sufrieron los choferes, que hasta hoy no volvieron a trabajar. Así lo dijo la propia Justicia de Brasil en el fallo resuelto la última semana, en el que condenó al único detenido que tuvo la causa por el violento asalto a un colectivo de Crucero del Norte en ese país, hace poco más de un año, en la localidad de Ponte Serrada.
Por ese hecho, Junior Dias “Nenao” Neres (28) fue sentenciado a 12 años y 10 meses de prisión, según pudo saber PRIMERA EDICIÓN mediante sus fuentes en el país vecino. Los otros dos delincuentes que actuaron en la madrugada de aquel martes 29 de agosto de 2017 continúan prófugos.
De la reconstrucción de la Justicia brasilera surge que todo sucedió durante esa madrugada sobre la ruta nacional BR-282, a la altura de Ponte Serrada, una pequeña localidad distante a 257 kilómetros de Bernardo de Irigoyen. El colectivo había salido de Garupá hacia Florianópolis con los dos choferes -de 53 y 55 años- y dos pasajeras, una de 26 y otra de 71.
Alrededor de las 3, el interno 1.133 fue alcanzado por un Fiat Marea en el que viajaban tres delincuentes fuertemente armados, quienes a fuerza de disparos frenaron el transporte y se subieron al mismo. Allí obligaron al conductor a seguir el automóvil durante unos 15 kilómetros, hasta que finalmente la “caravana” dobló en un camino vecinal.
“Al detener el ómnibus, ordenaron a las víctimas a salir del mismo. En ese momento, comenzaron a agredirlas, llegando a arrojar gasolina en el cuerpo de uno de los choferes, al que le colocaron el caño de la escopeta en la boca y amenazaron con disparar”, reza el relato de la Justicia brasilera al que PRIMERA EDICIÓN pudo acceder.
Los maleantes incluso obligaron a las dos pasajeras a desnudarse, con el objetivo de evitar que escondieran elementos de valor entre sus prendas íntimas. Escaparon con 1.082 reales, 10.178 pesos, seis botellas de vino argentino, tres teléfonos celulares y dos valijas.
La Justicia determinó que la pesadilla duró alrededor de 30 minutos. “Las víctimas, incluyendo una jubilada, fueron cobardemente agredidas, torturadas y humilladas por los asaltantes, pese a que nunca ofrecieron resistencia”, dijo uno de los jueces en el fallo, a la vez que recordó la declaración judicial que brindó uno de los choferes misioneros: “se mostró profundamente indignado, pues afirmó que en todo momento colaboraron con los asaltantes. Dijo que no entiende por qué los ladrones fueron tan agresivos”.
La respuesta a la pregunta del colectivero la dio ese propio magistrado. “La única explicación para el hecho de que rociaran tanto al chofer como al colectivo con combustible y amenazaran con prender fuego vivos a todos es que el acusado y sus cómplices no buscaban sólo bienes, si no también divertirse con el sufrimiento ajeno, conducta que contó incluso con matices de crueldad”.
Ante la gravedad del caso es que finalmente la Justicia del país vecino resolvió condenar a Neres a la pena de 12 años y 10 meses de cárcel. En el mismo fallo, el joven fue declarado reincidente: ya tenía condenas anteriores por hechos similares e incluso un antecedente por fugarse de una cárcel.