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Un cable prolongador, aparentemente instalado en una amoladora. Ese elemento cotidiano, quizás el menos pensado, se transformó en el arma homicida con el que los autores del doble crimen de Pozo Azul le quitaron la vida al expolicía militar brasilero Hellio Pereira De Mattos (65), según creen los investigadores del caso.
El dato surge tanto de los resultados preliminares de la autopsia, que se conocieron a última hora del viernes, así como la labor que los criminalistas realizaron en la escena durante los últimos días. Sucede que ese “alargador” fue encontrado alrededor del cuello del hombre pero, curiosamente, con parte en la boca de De Mattos.
Es por eso que, según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, los investigadores creen que De Mattos pudo haber sido torturado a martillazos en el mismo sector de la vivienda donde fue ahorcado y luego, con el mismo cable, trasladado hacia el dormitorio, donde el cadáver apareció junto al de su esposa, Inés Lima Dos Santos (55).
En tanto, los médicos forenses determinaron que la pareja fue torturada a golpes de martillo y que ambos tenían múltiples hematomas en distintas partes del cuerpo. En ese sentido, la necropsia confirmó que Dos Santos no tenía un balazo en el ojo derecho, si no que esa herida era producto de un golpe con el lado “de pico” del martillo.
Con respecto a ese arma homicida, trascendió que el mismo fue encontrado el viernes en cercanías del galpón donde también fueron hallados 20 gallos de riña y una “gallera”. El hallazgo de esos animales es lo que sostiene una de las tantas líneas investigativas, que apunta a un “ajuste” ligado a esa actividad ilícita.
Sin embargo, los efectivos de la Unidad Regional XII de Bernardo de Irigoyen y de la Dirección de Homicidios, bajo las órdenes de la magistrada eldoradense Nuria Allou, se mantenían cautos y no descartaban ninguna otra hipótesis. Por lo pronto y en ese sentido, apuntan a una desaveniencia con origen en Brasil, hacia donde habrían escapado los autores.
La pareja de brasileros vivía desde hace más de seis años en Argentina. Primero habían adquirido una chacra en Puente Alto y, hace un año y medio, compraron el inmueble de Picada Diez donde finalmente fueron asesinados.
De Mattos había servido más de 25 años en la Policía Militar de Santa Catarina. Al respecto, las autoridades brasileras también buscan algún tipo de pista con respecto a esa labor. No obstante, todos aseguraron que el hombre no tenía enemigos y era conocido por ser un policía justo y abnegado.
El doble crimen fue descubierto por el propio hijo de la pareja, alrededor de las 19.30 del último martes. Luego se supo que el Nissan Tiida encontrado a 50 kilómetros de ese lugar, en el cruce de la ruta provincial 17 con la 14, era de las víctimas y había sido robado por los ladrones.
De la investigación surgió un testigo que aseguró que cerca de las 17 del domingo 14 vio a un hombre en la vivienda que le dijo que la pareja se había ido. Ese testimonio permitió construir el identikit que ahora recorre la provincia y el oeste de Brasil. De lo surgido por la autopsia, todo indica que Hellio e Inés fueron asesinados entre la noche del sábado y la tarde del domingo pasado, tras ser torturados a golpes de martillo. Los motivos son aún un misterio.