
Desde julio de 2015 que “Las solidarias”, este grupo de mujeres que se armó con la única intención de ayudar al hospital de esta ciudad, están abocadas en un nuevo objetivo: quieren reparar el piso de entrada de la ambulancia al hospital local ya que, cuando llueve, se inunda y es un peligro para el vehículo y los pacientes que llegan a atenderse.
Isabel Pitana y Graciela Almirón son dos de las fundadores de este grupo solidario. Empezaron siendo seis y cada una de ellas contaba con diez voluntarios que aportaban 30 pesos. Cuando reunían el dinero, le preguntaban al entonces director del nosocomio qué era lo que más se necesitaba, viajaban a Posadas a buscar los mejores precios y lo compraban. Esa misma rutina se reitera hoy, tres años después de sus inicios, pero esta vez con una nueva directora, la doctora Miriam Piris, y sólo ellas dos y algo así como 100 voluntarios que, cuando pueden, colaboran con 100 pesos mensuales.
“Compramos en base a lo que pide la directora, desde medicamentos hasta tensiómetros”, indicaron las mujeres en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. “Le decimos a la droguería de Posadas que tenemos determinada cantidad de dinero y que cargue algo de lo que necesitamos por dicho importe”, agregaron. También pidieron colaboración a estaciones de servicio de la ciudad y consiguieron vales de nafta de 500 por un total de 4.000 pesos. “Es todo para los traslados que debe realizar la ambulancia”, explicaron.

Ahora, están abocadas en un nuevo objetivo: reparar la entrada al hospital para que la ambulancia pueda ingresar sin problemas. “Cada vez que llueve se inunda”, aseguraron y lo pudo comprobar PRIMERA EDICIÓN en una visita al nosocomio justo después de un día de lluvias. “Este año hemos hecho notas a IProDHa, que siguieron su curso y hasta llegaron al Ministerio de Salud Pública, también al Iplyc. Pedíamos arreglar la entrada porque son piedras lajas y se inundan”. Si bien las mujeres ya se movieron en la ciudad para pedir presupuesto, los números todavía no cierran y, además, todo lo reunido mensualmente se va en medicamentos que necesita el hospital. Pero seguirán insistiendo y no pierden las esperanzas, porque “pidiendo colaboración llegamos a pintar las salas y se puso cortinas en cada ventana”.